Los magistrados del Constitucional, con el presidente González-Trevijano a la cabeza, durante una reunión del pleno. efe

«La diferencia ahora es que al TC lo descalifica el Gobierno»

La preocupación, a partir de posiciones distintas, cunde entre exmagistrados de la corte de garantías, que afronta su crisis más aguda desde el debate sobre el Estatut catalán

Miércoles, 21 de diciembre 2022, 00:43

«¿Las deliberaciones sobre el Estatuto de Cataluña? Esto es mucho peor. Entonces hubo acuerdos. Debatíamos durante meses, pero comíamos juntos». Ramón Rodríguez Arribas, exintegrante del Tribunal Constitucional del que fue vicepresidente entre 2012 y 2013, no aventura si esa cercanía personal sigue impregnando también ... a los magistrados que se partieron en dos el martes por la noche al decidir la primera suspensión de una votación en las Cortes de la democracia española. De lo que sí está seguro el único antiguo miembro del TC –y son varios los consultados– que accede a hablar con nombres y apellidos es que este es el trance más inquietante que atraviesa la corte. La zozobra es compartida, aunque no por los mismos motivos.

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En sus cuatro décadas de funcionamiento, el Constitucional ha transitado por otros pasajes muy delicados. Uno de los exmagistrados recuerda, para restar dramatismo a este contexto, que en los albores de la democracia el aval a la expropiación de Rumasa y la derrota de la primera ley del aborto del Gobierno de Felipe González provocaron un empate a seis en el TC que desanudó el voto de calidad de su presidente entonces, Manuel García-Pelayo. Y años después, ya en el siglo XXI, la corte soportó fortísimas presiones externas e intrincados debates internos durante el contraste de constitucionalidad que, tras la impugnación del PP, acabó cercenando el Estatut catalán previo al 'procés'.

María Emilia Casas, la presidenta –progresista– en aquella época, siempre lamentó que el tribunal se hubiera visto en la tesitura de tener que fiscalizar una ley estatutaria aprobada por el Parlament y las Cortes y ratificada en referéndum. Para Rodríguez Arribas, compañero de Casas en las deliberaciones e identificado con la etiqueta de conservador, el hecho diferencial de este tiempo convulso, «la novedad» con respecto a otras crisis que han tensionado las cuadernas del Constitucional, es que ahora «es el Gobierno el que descalifica» a tribunal, no «independentistas» descontentos u otros actores en la periferia de los dos grandes partidos españoles.

Críticas a las filtraciones

«La Constitución partió del pacto del centro-izquierda con el centro-derecha. Por eso la democracia está sufriendo terriblemente con el enfrentamiento» entre el PSOE y PP, abunda otro exmagistrado. Este, que cree ajustada a la legalidad la suspensión de la reforma de Sánchez por severa que sea la medida, se muestra muy crítico con las filtraciones que han emanado esta vez del tribunal a diferencia, dice, de lo que sucedió con el Estatut.

Otros dos antiguos colegas consultados discrepan radicalmente de que el TC pueda frenar una votación legislativa y apuntan a que el escenario está «viciado» por el bloqueo del Poder Judicial. Y una de estas voces advierte de que aún está por rematar la cultura democrática alumbrada en la Transición.

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