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José Manuel Albares se convirtió este martes en el primer miembro del Gobierno en comparecer ante el Congreso en la presente legislatura. Lo hizo en medio de una crisis diplomática abierta con Israel, una semana después de que Tel Aviv retirara a su embajadora en ... España y agravara su malestar con España. El ministro de Asuntos Exteriores defendió que el reconocimiento de Palestina «es la garantía para la seguridad de Israel». «Un Estado con Gaza y Cisjordania conectadas y con capital en Jerusalén Este», zanjó.
Durante su intervención inicial en el hemiciclo defendió que la postura del Gobierno español ha sido «clara y constante» desde que se produjeron los ataques terroristas de Hamás del pasado 7 de octubre: la condena pública y rotunda de los ataques de Hamás «en todo momento y todo lugar», la petición de la liberación de los rehenes capturados y el "reconocimiento de Israel a la legitima defensa, pero respetado el Derecho Humanitario Internacional».
Si la frase de Pedro Sánchez reconociendo que las muertes de civiles palestinos eran «insoportables», lo que provocó una reprimenda a la embajadora española en Tel Aviv, Ana Salomón, Albares aclaró que «las víctimas inocentes israelíes y las víctimas inocentes palestinas son igualmente insoportables».
Durante la primera intervención del responsable de la diplomacia española en el debate, los servicios de seguridad de la Cámara baja tuvieron que desalojar a dos personas que exhibían banderas palestinas y gritaban «abajo el sionismo». La presidenta del Congreso, Francina Armengol, pidió a los dos expulsados, un hombre y una mujer, que salieran del palco porque, recordó, «está prohibido lucir ningún tipo de bandera en la Cámara».
Por parte del PP, tomó la palabra en el debate su vicesecretario de política Institucional, Esteban González Pons, que advirtió a Pedro Sánchez que Israel y Hamás «no son enemigos equiparables» porque «uno es un Estado tan democrático» como el español y el otro, «una banda asesina». Dicho esto, afirmó que el Gobierno de PSOE y Sumar no puede «pretender imponer el Estado palestino» sin que forme parte de un acuerdo con Israel.
El dirigente del PP admitió que la «solución» de los dos Estados aseguraría una paz duradera y constituye «un incentivo para lograr un Israel seguro y una Palestina viable», pero avisó que no puede «imponerse en un momento de tensión» como el presente ni «puede utilizarse como censura a una de las partes».
«Pretender imponer el Estado palestino sin que forme parte del acuerdo de paz con Israel en el instante más tenso de la región desde los acuerdos de Oslo o es un desahogo injustificable en la esfera internacional o una huida hacia adelante de la política nacional», proclamó González Pons.
Sumar y el resto de partidos que posibilitaron a reelección de Sánchez reclamaron una mayor contundencia y más acciones frente a Israel ante la «matanza» de civiles en la franja de Gaza, incluyendo medidas como el comercio de armas y el reconocimiento de facto del Estado palestino. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, llegó a tildar de «genocidio» y de «limpieza étnica» la operación militar israelí. Tras retomar la palabra, Albares anunció que desde el pasado 7 de octubre está suspendida la exportación de material de defensa y armas al país hebreo.
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