David Sánchez, ante la jueza: «No recuerdo qué me preguntaron ni cuánto duró la entrevista de trabajo»

Esa fue la respuesta que ofreció a la jueza Beatriz Biedma antes de comenzar su interrogatorio el pasado jueves. La magistrada abrió una investigación en verano por cinco delitos -entre ellos malversación, prevaricación y tráfico de influencias- a raíz de la denuncia presentada por Manos Limpias, a la que se han sumado Liberum, Abogados Cristianos, Hazte Oír, Iustitia Europa, Vox y el PP. La instructora aún no ha decidido si abre juicio oral o archiva la causa. Antes de determinarlo, esta semana ha interrogado a testigos y a algunos de los investigados, como el propio David Sánchez.

El hermano del presidente contestó las preguntas de la jueza, la fiscal y su abogado. Lo hizo de forma tranquila, sin titubeos, aunque no recuerde «exactamente» qué le preguntaron. Pero esa entrevista personal que le hicieron los responsables del área de Cultura son fundamentales. Porque la resolución que le adjudicó el puesto hacía hincapié en que fueron sus respuestas a esa entrevista las que inclinaron la balanza a su favor frente a los otros diez candidatos. Estos otros tenían alguna relación con los conservatorios de Badajoz o Extremadura.

Sánchez, en cambio, admitió que no tenía un nexo previo con Badajoz ni conocía de primera mano sus conservatorios, algo en lo que insistió la jueza, que le vino a inquirir sobre cómo se puede elaborar un proyecto de coordinación de conservatorios sin conocer los mismos. «Conozco perfectamente el funcionamiento de estas instituciones. Y mi actividad precedente», argumentó.

Entre estas actividades precedentes no se encuentra la política. «No tengo ninguna significación política más allá de mi conexión familiar», dijo para tratar de sacudirse las acusaciones de tráfico de influencias. En cambio, se esforzó en decir que trabaja mucho. «Todos los días», también en vacaciones; que no necesita un espacio físico para desempeñar su labor; que aspiró al puesto porque estaba en paro; y que encontró la oferta a través de buscadores como Google y plataforma especializadas. Aunque insistió en que no recuerda algunas cosas.

Cuando aterrizó en Badajoz, en el verano de 2017, recibió un despacho en uno de los conservatorios, pero tras un año de excedencia en Tailandia, se encontró con que había sido adjudicado a la secretaría en 2021. Hasta el pasado mayo no ha vuelto a tener una oficina adjudicada. En todo caso, defendió que él se «comprometió a cumplir unos objetivos que están desvinculados de un espacio físico».

La jueza insistió en sus preguntas:

-¿Es normal, David, que siendo usted un personal de alta dirección, no tenga un despacho propio?

-Eso no es una apreciación que yo le pueda decir.

El hermano del presidente tuvo que escuchar la lectura de algunos correos en los que uno de los directores ponía en duda sus criterios. «Probablemente la disonancia o la confusión venga de los proyectos que yo quiero llevar a cabo. Si yo quiero llevar a cabo una ópera contando con los efectivos del conservatorio, pues va a añadir carga de trabajo (...) a la ya de por sí bastante saturada carga de trabajo que tienen los profesores de los conservatorios».