«David estaría orgulloso de todos vosotros»

Tras confirmarse la muerte de Beriáin el pasado martes, el Ayuntamiento de su pueblo decretó tres días de luto y convocó a los vecinos a una concentración que tuvo lugar este miércoles a las ocho de la tarde. Minutos antes, la plaza junto a la iglesia de San Pedro, en el centro del pueblo, comenzó a llenarse de vecinos. Hasta esa parroquia caminaba a diario la abuela de Beriáin, 93 metros de distancia, y con este nombre bautizó el periodista su productora audiovisual. La imagen de la concentración en ese simbólico lugar sobrecogía.

En la mitad se había colocado una vasija llena de calas, en memoria de David. Poco antes de que se iniciara el acto, llegaron al lugar los padres y el hermano de David, todos residentes en Artajona. El silencio que reinaba en la plaza se rompió con un sonoro aplauso que provocó las lagrimas de los familiares. Rotos de dolor, ocuparon su lugar junto a las flores dedicadas al reportero.

Cuando los aplausos se acallaron, miembros de la corporación municipal desplegaron una pancarta en la que se podía ver una fotografía de David junto a un sencillo texto que expresaba el sentir de todos los presentes. «Gracias, David. Eskerrik asko». El alcalde, Juan Ramón Elorz, tomó la palabra y prometió un acto «sencillo y emotivo que demuestre el cariño que sentimos por David, asesinado por defender el periodismo que sirve para contar la verdad».

Cuando las campanas de la iglesia dieron las ocho, comenzó el discurso del primer edil. «El Ayuntamiento de Artajona se une al dolor de la familia y amigos de David Beriáin. David era un gran profesional, pero aquí era David, el hijo de Angelines, la del bodeguero. Alguien cercano, un periodista valiente que arriesgaba al máximo en busca de la verdad», valoró el primer edil, quien también quiso poder en valor la relación que el periodista tenía con Artajona. «Quería a su pueblo y su pueblo lo quería a él. Por ello esperamos poder mantener vivo su legado».

Tras el discurso se guardó un minuto de silencio que invadió el lugar y en el que solo se escuchaban algunos sollozos contenidos. Los artajoneses despedían a David y hasta el cielo comenzó a llorar en forma de lluvia. Otro aplauso volvió a hacer llorar al hermano de David, pero su madre, Angelines, sacó fuerzas para poder coger el micrófono y dirigirse a todos sus paisanos. Una mujer muy conocida en el pueblo, ya que fue profesora en el colegio durante años.

Angelines se acercó a la pancarta con la foto de su hijo para tocar su cara, y tras recibir una orquídea de parte del Ayuntamiento, comenzó a hablar, muy emocionada pero con voz firme. Dio las gracias y entonces resumió con una frase la personalidad generosa de Beriáin, que todos quienes le conocían ensalzan. «David estaría muy orgulloso de todos vosotros, y allá donde esté seguro que os está dando un aplauso y que ha gritado con todas sus fuerzas: ¡Que viva Artajona!»

Tras las palabras de la madre de David, decenas de vecinos se fueron acercando a los familiares para darles un abrazo, una palabra de consuelo y transmitirles el dolor y el cariño que tenían por el periodista, que siempre llevó a Artajona por el mundo y donde esperan darle el último adiós en los próximos días. «Era nuestro David».