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Melchor Sáiz-Pardo
Barcelona
Viernes, 9 de agosto 2024, 11:32
«No lo vimos venir». Carles Puigdemont llegó a pie al anunciadísimo acto de recibimiento en el Arco del Triunfo de Barcelona del jueves. A las 8:55, cinco minutos antes del inicio de ese evento en el que el Consell de la República había ... publicitado por todos los medios su presencia desde el día anterior, caminó -solo acompañado de Jordi Turull, secretario general de Junts y dos escoltas- a lo largo de la calle Trafalgar, que da acceso al icónico arco.
En las imágenes se ve que a esas tempranas horas no había apenas nadie en aquella calle aledaña al arco, más allá de algún vecino sorprendido por el paseo del huido por el centro de la ciudad condal. Sin embargo, el jefe de los Mossos d'Esquadra, Eduard Sallent, alegó hoy que fue imposible arrestar al prófugo porque una «masa» de simpatizantes impidió acercarse a él.
Eduard Sallent, que negó cualquier pacto con el entorno de Puigdemont para dejarle escapar, insistió en la idea de que fue imposible la captura por la numerosa afluencia de público en la zona y por la precipitación con la que se produjeron los hechos. Sallent abundó en la tesis de que el fracaso de la operación de captura se explica porque la fuga se produjo con «mucha rapidez», lo que provocó que los hechos se sucedieran «de una manera distinta a lo previsto».
«Fue una entrada rápida» en la que estuvo acompañado «de personas y autoridades» como fue el president del Parlament Rull, pero, insistió fue el «abandono con gran rapidez de la tarima», el que pilló a contrapié a los funcionarios comisionados para la detención. Tras ello, «los efectivos que estaban allí intentaron la aproximación al objetivo», pero la gran afluencia de personas «configuró un muro y no nos dejaron acceder», lamentó Sallent, que durante más de dos horas y media de rueda de prensa intentó como pudo defender la cuestionadísima actuación del cuerpo que dirige.
El máximo responsable uniformado de los Mossos no pudo explicar por qué no había agentes de paisano o uniformados en los alrededores de la tarima -y en particular en su parte trasera- donde el exjefe de Gobierno tenía previsto dar el discurso. «Se dio un escenario que no se cumplió», se limitó a argumentar, apoyándose en el hecho en que todo parecía indicar que la voluntad de Carles Puigdemont era la de «entrar en el Parlament» y dinamitar la investidura: «Creo que no somos los únicos que no lo vimos venir», terminó por reconocer Sallent, que llegó a pedir disculpas por este ineficaz operativo.
«En ningún caso tuvimos la sensación de que iba a hacer una simple intervención cuatro minutos y que no iba a intentar participar en el debate político en el Parlament», admitió como máximo error de la cuestionada actuación del jueves. Pero acto seguido, y reconocido que los Mossos se equivocaron al creer que Puigdemont podría ser arrestado tranquilamente a las puertas del Parlamento, Sallent reivindicó como correcta la decisión de no arrestar a Puigdemont una vez se bajó de escenario por motivos de seguridad. «No es el lugar donde se tenía que llevar a cabo la detención por congruencia y oportunidad. En el post todo es más sencillo. Seguro, seguro, seguro que si tuviésemos que hacer un dispositivo igual no tendría lugar esta detención en ese momento«, abundó el mando del 'cos'.
El entorno de Carles Puigdemont, por su lado, sigue negando tajantemente que hubiera un acuerdo, aunque fuera explícito, con los Mossos d'Esquadra para que el expresidente, después de su intervención el jueves ante los suyos se dejara apresar a las puertas del Parlament de manera tranquila y sin incidentes.
Sin embargo, el consejero de Interior en funciones del Govern, Joan Ignasi Elena, en la misma comparencia de Sallent, abundó de manera tácita en la idea de la 'traición' del expresident y que la policía catalana no logró apresar al prófugo porque el «operativo no estaba preparado para un comportamiento tan impropio» como el que tuvo Puigdemont. Unas palabras en las que algunos entendieron que el conseller estaba insinuando que el huido podría haber comprometido su palabra, pero que en lugar de cumplirla se volvió a dar a la fuga y no se 'entregó' en el control de entrada de la cámara en el parque de la Ciutadella.
«Ayer (por el jueves) había un operativo para garantizar el orden público frente a las manifestaciones antagónicas convocadas, garantizar la continuidad del pleno y la detención en el caso de que (Puigdemont) viniese. Los tres operativos estaban dimensionados, pero para lo que no estaban preparados ni preveían era un comportamiento tan impropio de la que fue máxima autoridad del país», insistió Elena, al tiempo que anunciaba que, no obstante, evidentemente, habrá una investigación interna para analizar qué pasó a las puertas del Parlament.
Sallent, también incidió en esa idea de que la policía catalana se fio en la figura del 'molt honorable 130º president de la Generalitat' y que una autoridad así no se la iba a jugar con un show de estas características a los Mossos del Govern que presidió durante años. «Me permitirá una expresión bastante poco ortodoxa, pero la venida del señor Puigdemont se parecía más a lo que hace Jimmy Jump (un popular espontáneo español especialista en saltar al campo en grandes eventos deportivos) que no a la venida de un expresident. Nosotros nos creemos mínimamente las instituciones», apostilló el mando policial.
«No cumplimos el objetivo. No fue como esperábamos, pero lo dimos todo. Pero no fueron los Mossos los que (el jueves) hicieron el ridículo», zanjó el máximo responsable del cuerpo, tras comparar a Puigdemont con el famoso espontáneo que monta el espectáculo cada vez que puede en los campos de fútbol por el mero hecho salir con una camiseta en la que está escrito su nombre.
Por el momento, tres mossos han sido detenidos por, presuntamente, colaborar en la fuga de Puigdemont. El primero de ellos, que fue puesto en libertad este jueves a última hora de la tarde, es el dueño del vehículo en el que el expresident catalán huyó, un Honda blanco con matrícula 2251 JTM. El segundo agente fue arrestado por, supuestamente, haber ayudado durante la llegada del exdirigente y que no fuese capturado por las autoridades. Ha sido este viernes, 9 de agosto, por la tarde, cuando han procedido a la detención de un tercer mosso, también por su presunta implicación en la huida de Carles Puigdemont.
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