El PSOE vincula a Casado con la operación Kitchen porque estaba en la dirección del PP

Tras otro debate áspero y estéril, la Cámara baja dio luz verde por amplia mayoría, 206 votos a favor, a la creación de la comisión de investigación sobre «la utilización ilegal de efectivos, medios y recursos del Ministerio del Interior, con la finalidad de favorecer intereses políticos del PP y de anular pruebas inculpatorias» de la financiación irregular del partido en poder del extesorero Luis Bárcenas. Los populares se quedaron solos con el único refuerzo del diputado de Foro Asturias en el rechazo a la iniciativa. Vox se abstuvo, y Ciudadanos votó a favor.

«Paren este Congreso que yo me bajo», afirmó la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, en una paráfrasis de la frase de Mafalda, protagonista del cómic creado por Quino, fallecido este miércoles. El tono del debate sobre la comisión Kitchen invitaba a irse. Fue un concurso del «y tú más» entre PSOE y Podemos, por un lado, y el PP, por el otro; todo ello aderezado con acusaciones y reproches que lleva camino de convertirse en el clima parlamentario habitual.

No hubo sorpresas en el tono de los oradores ni en el resultado de la votación. La única novedad salió de la boca del socialista Felipe Sicilia, que dejó claro que para su partido Casado estaba en la sala de máquinas del partido cuando la trama policial espiaba a Bárcenas con fondos del Ministerio del Interior para destruir pruebas, según ha quedado acreditado en la investigación judicial. «Era vicesecretario general del PP de Rajoy y (Dolores de) Cospedal», y por tanto «no es ajeno a esta trama», sentenció el diputado socialista. Hasta ahora el PSOE tenía reparos para vincular a Casado con Kitchen, creía que era un argumento traído por los pelos que su presencia en el comité ejecutivo del PP desde 2015 fuera concluyente para establecer un nexo. Pero por lo visto las cosas no están para matices, y Casado, a juicio de los socialistas, forma parte del mismo paquete que sus entonces jefes en el partido.

El PSOE preparó así el terreno -«esperemos que dé explicaciones», dijo Sicilia- para incluir al líder de la oposición en la lista de los que serán llamados a declarar ante los comisionados, junto a Rajoy, Cospedal y los ya imputados por el juez, el exministro Jorge Fernández Díaz, y el exnúmero dos de Interior Francisco Martínez.

La diputada del PP, Ana Belén Vázquez, calificó de «broma» que los socialistas, a los que recordó el caso de los ERE en Andalucía y citó incluso el desfalco de Luis Roldán a la Guardia Civil, y Unidas Podemos, con su «financiación ilegal» en los tribunales, promuevan la comisión de investigación. Con ese bagaje, subrayó, no son nadie para «dar lecciones de honradez y moralidad» al PP porque «carecen de ellas».

Pero se quedó sola, los usuales compañeros de viaje parlamentario se desmarcaron. El diputado de Ciudadanos, Edmundo Bal, instó al PP a «pedir perdón» por un caso de «vergüenza», pero también pegó un tirón de orejas a PSOE y Podemos por su empeño en investigar «la corrupción ajena» y hacerse el lonchas con la propia. La parlamentaria de Vox Macarena Olona consideró «grave» el caso de espionaje pero se negó a respaldar la investigación porque socialistas y morados «carecen de legitimidad» para promoverla.

Entre acusaciones y reproches, los portavoces de los grupos mostraron algunas de su preferencias sobre los comparecientes. La lista se conocerá la próxima semana y los citados están obligados a acudir a la comisión. El PSOE no dio nombres, pero Podemos apuntó a Rajoy, Cospedal y Casado; Esquerra Republicana mencionó al excomisario José Villarejo; Vox, al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y a un comisario al que bautizó como «Lenin» por su cercanía a los socialistas; y hasta la CUP puso sobre la mesa al rey emérito.

La comisión se constituirá la próxima semana con una veintena de miembros y está previsto que trabaje durante tres meses prorrogables. Ningún grupo espera descubrir nada que no esté reflejado ya en las investigaciones judiciales, pero el PP pasará por un mal trago.