El comandante de la 'trama Koldo' usó a agentes de la lucha antiterrorista para blanquear dinero

Los nueve agentes de este departamento de élite, que trabajan en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil en la capital española, fueron interrogados en septiembre y a principios de este octubre por la UCO en condición de testigos. Y sus declaraciones destapan que el comandante Villalba convirtió a los funcionarios a su mando en la Unidad Central Especial (UCE) no solo en una inmensa máquina de lavado de dinero ilegal, sino también en una suerte de 'apéndice' de la 'trama Koldo' en la Guardia Civil, que, entre otras funciones, hacían de recaderos trayendo y llevando cantidades en negro al entonces mano derecha de Ábalos, Koldo García, o para el conseguidor de la red, Víctor de Aldama, amén de funcionar como chóferes de todos ellos, proveedores de teléfonos seguros o de 'topos' para indagar en las bases de datos si los cabecillas del grupo estaban siendo investigados por unidades ajenas al instituto armado.

Los nueve agentes interrogados, según relatan ellos mismos en sus comparecencias, fueron instrumentalizados por Villalba durante al menos cuatro años para sus chanchullos, básicamente entre enero de 2020 y enero de 2024. Aunque la UCO asegura que la primera prueba de la relación del mando con De Aldama es septiembre de 2019, lo cierto es que esos informes revelan que Villalba empezó a tener unos ingresos extraordinarios (efectivos y transferencias) en sus cuentas y en la de su mujer desde 2017.

En total, 210.540 euros hasta 2023, que el comandante blanqueó gracias, en buena medida, a la utilización permanente de sus subordinados de los servicios antiterroristas en Madrid. A Villalba le daba igual la especialización. Mandaba al banco y a los cajeros del BBVA o de ING de toda la comunidad a funcionarios destinados a la «plana mayor» o en trabajos de campo como «análisis de información», «captación de fuentes» o «relaciones institucionales».

El denominado «agente 4» reconoce que hizo un ingreso de 2021 por «orden directa» de su mando y que el propio imputado le dio la «cantidad en efectivo». En esa ocasión, como en algunas otras, el mando utilizó la excusa de que su tarjeta no le funcionaba.

El «agente 5» confiesa a la UCO que llevaba a su mando –en coche oficial de los servicios de información- a reunirse con el conseguidor de la trama en sus lujosas oficinas de la calle Alfonso XII, en Madrid, frente del Parque de El Retiro, cargado con mochilas; y que esperaba allí a que volviera. Él también admite que ingresó «en dos o tres ocasiones» por orden del comandante en diferentes sucursales más de 6.000 euros en cuentas de Villalba con conceptos como «gastos de viaje», «viaje a Italia», «viajes pendientes» o «viaje a Israel».

Varios de los testigos insisten en que era muy habitual que el comandante insistiera en el concepto «viaje» en los ingresos, quizás porque así pensaba que nadie sospecharía del pago de dietas 'extraoficiales' a un mando de la lucha antiterrorista en una suerte de misión especial en el extranjero. Otra de las obsesiones de Rubén Villalba era que muchos de los ingresos que ordenaba hacer a sus subordinados no superaran los 999 euros para escapar así de las revisiones habituales.

El «agente 6» admite ante la UCO que entregó «personalmente» sobres a Aldama en las oficinas cercanas a El Retiro, que llevó teléfonos al conseguidor y que por orden del comandante paseaba por Madrid a Koldo García en coche oficial de los servicios antiterroristas para hacer sus gestiones: desde el restaurante La Chalana, cerca del Bernabéu y cuartel general de la trama, a Malasaña; de ahí, a Ifema, a Chamartín… «Me enteré por un compañero que Rubén había solicitado hacer consultas en bases de datos de algunos investigados, entre ellos Aldama», revela este funcionario a la UCO. Este guardia admite igualmente que él también hizo 'pitufeo' y que jamás antes había recibido un encargo así.

El «agente 7», dedicado a la captación de fuentes, llegó a ingresar 3.500 euros en las cuentas de su jefe e incluso se desplazó a Alcalá de Henares para hacer ingresos.

Otros funcionarios, los denominados 9, 11, 12 y 14, confiesan a sus compañeros de la UCO más favores a la trama de Ábalos, Koldo García y De Aldama, al margen del lavado de dinero negro para su superior. El «agente 9», adscrito al área de «medios técnicos» de los servicios antiterroristas, reconoce que «fundamentalmente proveía de teléfonos móviles de prepago y tarjetas sim» al mando de la trama, aunque también una vez realizó un ingreso de 500 euros a una «armería del País Vasco» para comprar un fusil, que luego le dio en metálico su jefe.

Rubén Villalba, según estos últimos testigos, también ordenó a los mismos subordinados que le hacían de 'pitufos' para el blanqueo realizar una «simulación» de «barrido» en las oficinas de Alfonso XII de Aldama en busca de micrófonos en el verano de 2021. Un paripé en el que tuvieron que participar los funcionarios bajo su mando, probablemente para dejar tranquilo al conseguidor de la trama, siempre obsesionado con su seguridad.