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Habían quedado por Instagram para disputar un 'torneo relámpago' de fútbol en el campo del parque de Eskurtze, entre los barrios bilbaínos de Irala y Rekalde, el pasado domingo, a las 17.30 horas. Uno de los grupos, el de los heridos, se desplazaba desde ... Eibar, y el otro procedía de Bilbao. Antes del encuentro habían intercambiado algún mensaje amenazante, pero la trifulca vino después. Según la Ertzaintza, se trató de una pelea entre bandas latinas que terminó con dos menores heridos de arma blanca, con contusiones y alguna fractura, cinco detenidos, cuatro de ellos menores de edad, de entre 15 y 19 años, y 24 investigados más por los delitos de riña tumultuaria, lesiones y amenazas.
Según los denunciantes, habían quedado empate y en el desempate, ellos (los de Eibar) ganaron, lo que enfadó al otro equipo. El torneo lo habían jugado cinco contra cinco, pero entonces empezó a llegar un grupo más numeroso de hasta una treintena de chavales a los que supuestamente habían llamado. «¡Acercaros, que os vamos a dar. Sois unos 'cagaos'!», les retaban. Los testigos han declarado ante la Ertzaintza que vestían pantalones vaqueros cortos y viseras y que esgrimían navajas, machetes y destornilladores, además de utilizar un cinturón con hebilla grande como arma. Mientras jugaban a fútbol, habían tenido ocultos los objetos peligrosos entre la ropa.
Los agresores comenzaron a perseguir al otro grupo, que al verles armados echó a correr por la calle Doctor Díaz Emparantza, hacia Rekalde. Alcanzaron a un chico, al que uno de los perseguidores apuñaló a la altura de la cadera, lo que le hizo caer. Según su propia declaración ante la Ertzaintza, una vez en el suelo, le rodearon y siguieron pegándole patadas y puñetazos, algunos en la cara.
El instigador
Sus acompañantes, algunos de ellos eran sus primos, trataron de ayudarle, pero les impedían el paso. El mismo agresor, al que se considera el principal instigador de la riña, también clavó a otro chaval un destornillador en el centro de la espalda. El ataque le hizo perder el equilibrio y una vez derribado, también le patearon.
En un momento determinado, según los testigos, uno de los implicados pidió a gritos que pararan. Justo en ese momento empezaron a escucharse las sirenas de la Policía, que se aproximaba, y todos salieron huyendo. Distintas unidades de la Ertzaintza les persiguieron o se los encontraron de camino. Los agentes lograron identificar a una treintena de implicados, cinco fueron detenidos. Dos de ellos tenían la ropa manchada de sangre. Ninguno llevaba encima las armas. Durante una batida por los alrededores, los agentes encontraron una navaja en una papelera y un cuchillo de cocina en un skatepark.
Uno de los dos heridos fue trasladado en ambulancia hasta el hospital de Basurto, donde recibió las curas necesarias. Presentaba una posible fractura en la mandíbula, además de cortes de arma blanca y contusiones por el cuerpo. El otro joven, que pasó por el hospital después, tenía una herida punzante en la espalda presuntamente causada por un destornillador, además de otros golpes.
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