El Gobierno de coalición fortalece el horizonte electoral de PSOE y Podemos

El sondeo del centro demoscópico oficial se realizó entre el 2 y 13 de enero. En aquellos días se cerró el acuerdo del PSOE con Esquerra Republicana, se celebró el debate de investidura (4, 5 y 7 de enero) y se constituyó el Ejecutivo de coalición con el que se puso fin a ocho meses de interinidad gubernamental.

Los socialistas, de acuerdo al CIS, ganarían unos nuevos comicios con el 30,4% de los votos, casi dos puntos y medio más que los obtenidos el 10 de noviembre. El PSOE no se beneficiaría de un gran trasvase de otros partidos, pero recibe aportaciones de todos los electorados, y mantiene un alto grado de fidelidad entre sus votantes, casi el 80%. El partido de Sánchez, además, es el preferido entre los jóvenes que no pudieron votar, seis de cada diez de afirman que ahora darían su papeleta a los socialistas.

El PP registra, siempre según el sondeo, un leve retroceso de nueve décimas, que sumado al crecimiento del PSOE agranda la diferencia hasta los diez puntos y medio. Durante los días en que se elaboró el estudio el líder de los populares endureció el tono de su oposición y rechazó facilitar la investidura de Sánchez con una abstención que permitiera al candidato socialista desembarazarse de los apoyos del independentismo catalán. Una posición que suscitó movimiento internos en el PP.

La tercera posición ante unas hipotéticas elecciones ya no correspondería a Vox, que fue una de las grandes noticias del 10 de noviembre. Esa posición recaería ahora en Unidas Podemos que, junto a sus confluencias catalana y gallega, tendría una estimación de voto del 13,8%, un punto más que en las últimas generales. Pablo Iglesias vería así recompensado su giro al discurso moderado y a sus cinco carteras en el nuevo Gobierno.

La extrema derecha perdería ese lugar al retroceder en 1,7 puntos su estimación de voto. Cosechó el 15,1% en las últimas generales y el CIS le asigna ahora el 13,4. Santiago Abascal protagonizó unas intervenciones descarnadas en la investidura con la intención de demostrar que Vox es la verdadero oposición.

Ciudadanos, por su parte, confirma su descalabro aunque frena su caída. Apenas pierde tres décimas con el liderazgo de Inés Arrimadas, que mantuvo en el debate la línea derechista marcada por Rivera con algún guiño a posiciones más templadas de centro.

Pero el principal vuelco que arroja el estudio del CIS es la correlación de fuerzas entre bloques ideológicos. Si tras el 10 de noviembre el apoyo electoral de PP, Vox y Ciudadanos se situó en el 42,7% por un 41,6 de PSOE y Podemos; en enero, la izquierda tendría una estimación de voto del 44,2% y la derecha, el 39,8. Un cambio que socialistas y morados interpretan como un espaldarazo al Gobierno de coalición, mientras que en el terreno conservador se achaca a las «manipulaciones» del CIS desde que lo dirige José Félix Tezanos, miembro de la comisión ejecutiva del PSOE hasta que hace dos años fue llamado por Sánchez para presidir el centro demoscópico.

La política y sus protagonistas llevan camino de convertirse en el primer problema para los ciudadanos de este país y desbancar de esa posición a su ocupante perpetuo, el paro. El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas de enero señala que el 54% considera que es el principal motivo de preocupación por un 58,9% que dice que es el desempleo.

El centro demoscópico divide la pregunta sobre la política en tres, y primero interroga por los problemas políticos en general, que para el 21,7% constituyen el mayor problema; por el mal comportamiento de los políticos, para el 18,3 es el número uno en la clasificación de preocupaciones; mientras que lo que hacen los partidos es para el 14% el mayor problema que aqueja a España.

En el anterior sondeo, el de diciembre, no hubo desdoblamiento y el CIS preguntó por «los políticos en general, los partidos y la política», y el 49,5% contestó que era el principal problema. Dividida en tres epígrafes la respuesta se va al 54. Semejante rechazo no se había registrado nunca en los estudios del organismo demoscópico.

Las perspectivas, además, no son que vaya a mejorar la percepción sobre las fuerzas políticas y sus dirigentes porque cuando el CIS pregunta si dentro de un año cómo será la situación política el 32,3% de los ciudadanos contesta que será peor, el 29 responde que igual y el 23,7% apunta que mejor. El pesimismo sobre la política y sus protagonistas está arraigado en la sociedad.