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A la tercera no fue la vencida. El nuevo Consejo General del Poder Judicial aplazó hoy 'sine die' la elección de su presidente ante la incapacidad de romper el empate a diez entre conservadores y progresistas. Un equilibrio perfecto y milimétrico fruto del acuerdo del ... pasado junio entre socialistas y populares para repartirse al 50% los vocales del órgano de gobierno de los jueces que acabó con cinco años de bloqueo, pero que tiene la vertiente endiablada de la amenaza de unas tablas demasiado persistentes.
Una vez más, fueron diez votos para Pilar Teso, favorita de los magistrados propuestos por el PSOE, y otros diez para Pablo Lucas, el togado que apoyan los vocales elegidos a instancias del PP. Esta situación implica que o alguien cede entre los proponentes para alcanzar la mayoría cualificada de 12 que exige la ley o el nombramiento podría enquistarse incluso hasta después del verano. Entre otros motivos, porque no se puede cambiar de aspirantes una vez puestos en liza.
Así las cosas, y después de los fracasos de las reuniones del pasado martes y miércoles y de este lunes, los magistrados decidieron hoy tirar la toalla y marcharse de vacaciones para ver si el tiempo de descanso suaviza las enconadas posiciones. Una posibilidad que todavía parece lejana visto que, según fuentes de la reunión, las cuatro horas y media de encuentro de hoy solo sirvieron para constatar que nadie da su brazo a torcer.
La versión oficial desde el CGPJ fue un poco menos amarga, si acaso intentado distanciarse de la imagen de enfrentamiento interno de los últimos años. «El Pleno decide continuar la búsqueda de un acuerdo sobre la presidencia del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial», se apuntó desde la institución, al tiempo que se subrayaba que, aunque sea desde la playa o la montaña, «los vocales mantendrán abiertos los canales de comunicación durante las próximas semanas» para acercar posiciones.
En la sesión de este lunes, en la que se produjo una sola votación visto lo alejado de las posiciones, se acordó no «fijar una fecha para la reanudación del plenario» hasta que no se alcance previamente un «consenso», para evitar de este modo el desgaste en la imagen de la institución que supone constatar que una y otra vez los vocales chocan contra un muro, incapaces de ponerse de acuerdo ya desde su primer debate. Y eso que se trata de una cuestión clave, como es determinar quién les presidirá durante el mandato que acaba de comenzar.
Sea como fuere, no habrá cónclaves para elegir al presidente antes de septiembre, porque, aclaró el CGPJ en una nota, en este mes solo se celebrará una reunión plenaria el día 19 de agosto, pero exclusivamente «para la adopción de acuerdos necesarios por razones de urgencia o por tener carácter inaplazable».
La reunión de ese 19 se produce con el aval de un informe solicitado el pasado 31 de julio por el Pleno al Gabinete Técnico sobre las posibilidades de actuación del CGPJ sin tener un presidente. Ese estudio afirmaba que el hecho de que el consejo «no haya completado la composición constitucionalmente exigida» no puede «resultar en perjuicio o menoscabo de los derechos de jueces y magistrados respecto de los que se cumple el supuesto de hecho para su reconocimiento». Así, el informe concluía que «cabe afirmar el carácter justificado» de la adopción por el Pleno, por razones de urgencia y con carácter excepcional, de «acuerdos respecto de actos reglados como las prórrogas de licencias de enfermedad, los procedimientos de jubilación forzosa por edad y de jubilación voluntaria, las declaraciones de compatibilidad con actividad docente y el reconocimiento de trienios».
Aunque este consejo ha nacido con la voluntad de superar el alineamiento ideológico que ha ido erosionando su credibilidad en cuatro décadas de funcionamiento, el pulso se dirime, otra vez más, entre la aspirante propuesta por el sector progresista y el propugnado por los conservadores, aunque a lo largo de su dilatada trayectoria a Lucas se le ha vinculado más con el centroizquierda. Lucas y Teso comparten la Sala de lo Contencioso del Supremo, de la que el magistrado es presidente interino tras la designación de César Tolosa como miembro del Constitucional. Y los dos han coincidido en sentencias -la última, la que enmendó hace unos días al fiscal general, Álvaro García Ortiz, acusándolo de maniobrar para incumplir la anulación del ascenso de Dolores Delgado a fiscal de sala de lo Militar- y divergido en otras, como ocurrió de nuevo con la exministra y su elección al frente de la Fiscalía de Memoria Democrática. El tribunal encabezado por Lucas revirtió el nombramiento por conflicto de intereses con el actual trabajo del marido de Delgado, el exjuez Baltasar Garzón, con voto particular discrepante de Teso.
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