La peculiar campaña de Vox en Castilla y León

Un decálogo con propuestas aplicables a cualquier otro territorio, un candidato desconocido o frases grandilocuentes en referencia a figuras históricas como 'el Cid' definen hasta ahora una campaña poco ortodoxa con la que Vox pretende seguir expandiéndose por las distintas comunidades autónomas.

Apenas diez son las medidas que copan su programa electoral para la región. Elementos que lejos de ofrecer ninguna solución concreta para Castilla y León cumplen con el cometido de reivindicar preceptos básicos de la formación como la defensa del sector primario o la postura contraria a las leyes LGTBI. Un documento presentado bajo el lema de 'Siembra', casi idéntico a la 'Agenda España' que Vox presentó el pasado octubre y que resumía, en 20 puntos, los principales postulados políticos con los que desbaratar las ideas «globalistas» y la agenda 2030.

Su texto incluye epígrafes relacionados con el mundo rural; reindustrialización; defensa del sector primario; servicios públicos e infraestructuras dignas; defensa de los trabajadores; repoblación de la comunidad; futuro de los jóvenes; fin del expolio fiscal; libertad frente a imposiciones progres; y riqueza y diversidad provincial. Aunque de quien ha hecho realmente bandera la formación de la derecha radical durante sus mítines ha sido sobre temas como la natalidad, la despoblación y la inmigración.

A ello se suma la figura de un candidato totalmente desconocido hasta hace apenas algunas semanas. Juan Ignacio García-Gallardo se afilió a Vox en junio del pasado año y ahora sustituye a Jesús María García-Conde, que renunció al único escaño conseguido por la formación en 2019 en Castilla y León. Se estrenará en política el 13-F, aunque cuenta con una dilatada trayectoria como abogado.

Apasionado a la hípica, el pádel o los toros, no fueron estas aficiones lo que más llamó la atención sobre su figura cuando salió a la luz que sería candidato. Su carta de presentación fue, en cambio, una serie de tuits machistas, racistas y homófobos que había escrito años atrás, algo a lo que los principales dirigentes se apresuraron a restar importancia esgrimiendo que en aquel entonces el joven candidato «ni siquiera tenía pelo en el bigote».

Tampoco han pasado inadvertidas referencias tan ocurrentes como la vertida el pasado fin de semana por el secretario general de la formación. Javier Ortega-Smith, quien afirmaba que con Vox «se acabará el destierro y el Cid Campeador volverá a cabalgar por Castilla y León». O el modo en que el presidente Santiago Abascal se refirió al actual presidente de la Junta y candidato popular en el acto en el que presentó a García-Gallardo. «Mañueco, eres un progre», espetó entonces. El propio Abascal también protagoniza 'la España silenciada', un espacio que estrenó el día posterior al inicio de la campaña y cuyo objetivo es dar voz a los protagonistas de la «España real» mediante una serie de entrevistas.

Una hoja de ruta 'en pro' de alcanzar el objetivo que anhelan todos en Vox ahora mismo. Obligar al PP y a Mañueco a incluirles en un ejecutivo autonómico por primera vez tras haber apoyado el pasado año a Ayuso en la Comunidad de Madrid y a Juanma Moreno en Andalucía hace ya tres años.