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Pablo Casado no consigue deshacerse de la sombra de corrupción que persigue al PP y que la actual dirección del partido trata por todos los medios de dejar atrás. Un día después de que el extesorero de la formación Luis Bárcenas cumpliese su amenaza de tirar de la manta ... y pusiese el foco sobre el expresidente Mariano Rajoy, el líder de los populares obvió cualquier referencia al espinoso asunto durante su intervención en un acto electoral en Lleida. Ni una palabra.
Volcado en la campaña en Cataluña, donde preocupa el 'sorpasso' de Vox, Casado prefirió volver a la carga contra Pedro Sánchez para que haga público el informe del Consejo de Estado supuestamente desfavorable al modelo de gestión de los fondos europeos que ha propuesto la Moncloa y anunció que llevarán al Congreso a la presidenta de este órgano consultivo, María Teresa Fernández de la Vega, para que explique «por qué permite que el Gobierno oculte» el dictamen. Pero el líder popular no dedicó ni un segundo a las revelaciones de su «oveja negra», como consideran ya en Génova a Bárcenas.
La voluntad del extesorero de colaborar con la justicia preocupa en el PP por sus posibles efectos el 14-F más que por sus posibles consecuencias penales, porque no señala a ninguno de sus primeros espadas. Sin embargo, en la dirección nacional insisten en que están «tranquilos» y restan veracidad a las palabras del que fuera también gerente del partido porque responden, en su opinion, a la «estrategia de un preso para salir de la cárcel». Reconocen también estar «un poco cansados» de Bárcenas y de lo «pesado» que es porque «lleva años» amenazando con una grabación o un papel. «Si lo tiene, que lo saque», retó el portavoz del Senado Javier Maroto.
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Los conservadores reniegan de ese pasado y se afanan en trazar un cortafuegos con la anterior dirección para proteger a la actual. Aseguran que las revelaciones del extesorero pertenecen al «pasado» y que «preguntar a esta dirección del PP por él hoy es como preguntar a la dirección actual del PSOE por Luis Roldán».
Aunque tras el señalamiento de Bárcenas, los populares eludieron defender en público al que fuera su presidente durante catorce años, este jueves Maroto rompió una lanza en su favor y afirmó que Rajoy «es una persona honesta». El extesorero declaró ante la Fiscalía que el expresidente conocía la existencia de un sistema de financiación irregular en el partido, que se remontaba a 1982.
«Sigo absolutamente convencido de su honorabilidad en toda su carrera política. No tengo dudas», aseveró el líder del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, a quien todos veían como el recambio natural de Rajoy, pero que finalmente dio un paso atrás cuando se abrió la carrera por la sucesión en el verano de 2018. Junto a su mensaje de apoyo al expresidente, la dirección del PP también quiso lanzar un aviso a todos los niveles: «Si hay alguien que haya hecho algo mal –advirtió Maroto– que lo pague».
Para la oposición, en cambio, todo forma parte de la misma historia de corrupción. La vicepresidenta Carmen Calvo tachó de «insultante» que los populares se desmarquen de Bárcenas y hablen del pasado cuando Casado reivindica la trayectoria del PP. «¿En qué quedamos? ¿En que tienen historia, que ese partido es el suyo o que lo fundaron antes de ayer?», preguntó la número dos del Ejecutivo.
Para Podemos, las causas abiertas contra los conservadores en los tribunales permite «entender el bloqueo del PP a la renovación del Poder Judicial». En Esquerra alertaron del impacto que tendrá que Bárcenas tire de la manta. «Cuando Casado era un chaval –recordó Gabriel Rufián–, ya se paseaba con toda esta gente por los pasillos». Ciudadanos, por su parte, pidió a los populares que no miren para «otro lado» porque «los españoles merecen saber si se financió ilegalmente».
El abogado de Bárcenas aseguró ayer que, tras el escrito enviado a Anticorrupción, «don Luis bajo ningún concepto quiere cargar contra partidos y mucho menos con el PP y con quienes ahora lo dirigen», sino que, «a quien critica con sus conductas, es a una determinada dirección o a unas determinadas personas que en su día se cruzaron en su camino». En una entrevista en Onda Cero, el letrado negó que la confesion responda a una táctica para reducir su condena, sino de «conocer la verdad».
De cara a la vista oral que comenzará el lunes, la defensa de Bárcenas aseguro que éste ya inició una línea de colaboración cuando prestó aquella declaración en 2013, aunque «es verdad que luego no quiso continuar».
Sobre la grabación que Bárcenas dice que existe, en la que Álvaro Lapuerta menciona a Mariano Rajoy como preceptor de sobresueldos, el letrado evitó pronunciarse por «respeto a los tribunales» y por «razones de oportunidad procesal». En este sentido, avanzó que por «estrategia procesal» van a dosificar la información entre las distintas causas que existen en torno a la 'Gürtel'.
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