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Son las cartas manuscritas que redactan los reclusos de ETA y que cimentan sus peticiones para progresar de grado. EL CORREO ha tenido acceso a seis de esas misivas y las desvela hoy en exclusiva. Los seis reclusos, que están en prisiones vascas, probaron su evolución y distanciamiento de la violencia con estos escritos que dirigieron al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria o a la Junta de Tratamiento Penitenciario aunque en algunos casos son escritos personales que se adjuntaron a su expediente.
CARTA
Interno 1
Al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria
«En aquel verano abandoné la organización ETA por motivos éticos. Ya me era insostenible la tensión interna que sentía por la contradicción entre el renovado valor primordial que le daba al derecho a la vida de las personas y las sangrientas acciones de las cuales yo también fui partícipe. Tras el fallecimiento de mi padre (...), a través de mi sufrimiento, pude acercarme con total empatía al sufrimiento que yo mismo causé en varias personas y familias.
Bien es cierto que no comuniqué esta decisión vital a Instituciones Penitenciarias hasta -cita una fecha hace más de una década- y me dejé llevar por las inercias y mecanismos grupales de pensamiento dentro del colectivo de presos EPPK, aún sin estar en sintonía con la lectura que se hacía desde ella sobre nuestro pasado entretejido por la violencia. (...)
Ya no quiero ser representado por ningún grupo que me relacione con mi pasado violento, ni quiero ser un símbolo de nadie. Hoy puedo afirmar y quiero informarles de que YA NO PERTENEZCO AL COLECTIVO DE PRESOS EPPK. Lo he dejado de forma pública y notoria. Quiero tomar las riendas de mi vida, responsabilizarme tanto de mi pasado como de mi futuro y rehacer mi vida con mi pareja y nuestros hijos. (...) Ruego se me trate como a una persona renovada»
64 progresiones al tercer grado
han sido aprobadas por el Gobierno vasco desde el traspaso de la competencia de Prisiones. Una en 2021, 32 al año siguiente y 31 en 2023
Todos esos textos fueron analizados en la Audiencia Nacional para valorar si procedía concederles el tercer grado. En algunos casos, la petición de progresión fue rechazada por la Fiscalía y los reclusos tuvieron que reingresar en prisión. Volvieron a solicitar posteriormente el grado de semilibertad. Actualmente, estos seis exmiembros de ETA se encuentran en tercer grado.
MANUSCRITO
Interno 2
«Yo, preso desde X -cita un año- por pertenecer a ETA y condenado (...) por dos asesinatos consumados y por varios heridos, así como varios intentos de asesinato en grado de tentativa, quiero manifestar de la manera más clara y rotunda mi absoluto RESPETO Y EMPATÍA hacia TODAS las víctimas que generé durante mi militancia en ETA. Las palabras más importantes y reconocimiento hacia las dos víctimas mortales -les cita por su nombre-, algo irreparable y que jamás debió de suceder y a cuyos familiares sólo puedo expresarles que lo lamento profundamente (...)
Ya en prisión tuve la oportunidad de participar en un programa de justicia restaurativa que culminó con mi encuentro personal con una víctima de ETA. Fue altamente satisfactorio para mí y para las víctimas, como me lo trasladó esa víctima, que fue restaurador y clarificador para ella»
Este diario ha protegido el anonimato de cada uno de los seis exmiembros de ETA que están detrás de estas cartas. En ellas cuentan sus vivencias personales, las que les han llevado al abandono del recurso a la violencia o una conversión en sus valores éticos. La muerte de sus progenitores o el contacto con un maestro de yoga son algunas de las experiencias que les marcan.
CARTA
Interno 3
A la Junta de Tratamiento Penitenciario
«Quiero mostrar mi respeto y mi profunda empatía a todas las personas que de una manera u otra han sufrido la extrema violencia de la organización ETA, en especial a aquellas cuya responsabilidad directa en ese dolor injusto me corresponde en el marco de la organización a la que pertenecí. (...)
En mi caso, gravemente afectado por los siniestros sucesos en torno al hallazgo e identificación de los cuerpos de Lasa y Zabala, tome la errada y tremenda decisión de comprometerme con la organización ETA (...). El giro hacia el camino del amor y la compasión comenzó a construirse en mí por el encuentro con mi maestro de Yoga (...) y por el fallecimiento de mi padre. Fue tal mi sufrimiento y dolor que de golpe me puse en la piel de las víctimas que yo mismo causé y ya no hubo vuelta atrás en mi apertura de conciencia (...). Después de aquellos sucesos mi coraza se rompió y hubo un vuelco en mi ética, el valor de las vidas humanas pasó a ser una prioridad irrenunciable, la Vida con mayúsculas. También me dí cuenta de que algo en mi alma estaba roto y necesitaba reconstruirme como persona (...).
Abandoné la organización ETA. Bien es cierto que entonces seguí perteneciendo al colectivo de presos, por solidaridad entre compañeros (...) Ahora me doy cuenta de que permanecer en él me ha perjudicado pues mi desvinculación de ETA no se tuvo en cuenta por la Administración Penitenciaria (...).
He pedido perdón explícitamente por escrito, y quisiera renovar esta solicitud desde mi pesar, a los familiares -cita a tres víctimas mortales y un herido por el nombre-. Llevaré conmigo el peso por estas vidas arrebatadas. Ahora siento que mi deber es reparar en parte el daño causado, ya que no podemos volver atrás en lo irreparable.
Siempre he sido una persona sensible ante el sufrimiento ajeno, ante la percepción de las injusticias; hace tiempo que me arrepiento de aquella huida mía hacia la violencia extrema y nunca volvería a cometer un error semejante»
Tres de los seis utilizan la palabra perdón de manera expresa, uno de ellos habla incluso de arrepentimiento, mientras que el resto vadea esos dos términos pero recurre a giros que también dan a entender un cambio de actitud positivo. Todos manifiestan empatía con las víctimas y la mayoría les cita por su nombre.
El uso de la palabra perdón distancia a la Fiscalía, que lo cree necesario, y al Gobierno vasco
En muchos, casos, la Audiencia Nacional se ha negado a la progresión debido a que no observa una expresa petición de perdón a las víctimas. Esa palabra aparece de manera textual en tres de los seis escritos pero no en el resto.
En las resoluciones administrativas de respuesta a sus cartas se valoran esos avances de los internos: «reconoce el daño causado, cita a sus víctimas y confiesa lamentar lo ocurrido» o «manifiesta su absoluto respeto y empatía hacia todas las víctimas».
CARTA
Interno 4
Al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria
«Me dirijo a sus señorías desde mi humilde posición con la intención de exponerles mi perspectiva personal y sentimiento de arrepentimiento por los graves actos de terrorismo que cometí. (...) la misma semilla de conciencia que me llevó a sentir un enorme pesar por las tres vidas que arrebaté (...). Me duele saber que fui partícipe de un tremendo sufrimiento inflingido a tantas familias y a la sociedad al quebrar la necesaria paz social. Sé que mi arrepentimiento nunca será suficiente para restaurar las vidas que arrebaté y los proyectos de vida rotos. Durante estos últimos años he puesto mis fuerzas en reparar en lo posible a las víctimas del terrorismo pidiéndoles perdón expresamente, pagando la responsabilidad civil y participando en tres encuentros restaurativos.
Si las víctimas del terrorismo son los testigos morales de una sociedad rota por ese tremendo dolor e injusto daño, del que fui partícipe desgraciadamente, al ser testigo directo de su testimonio de horror, de cómo les destrozamos la vida, he podido derrumbarme, conmoverme y sentir una profunda empatía delante de esa mirada del otro para encontrarnos en mutua humanidad; una mirada que me invitaba a una memoria honesta.
Quiero reiterar aquí y ahora mi más sincera petición de perdón a todas las familias y seres queridos -cita aquí a sus víctimas mortales y un herido muy grave- que fueron injustamente asesinados por mí, entonces moralmente cegado y sin conciencia de que la Vida y la dignidad humana están muy por encima de cualquier proyecto político.
Lo que hicimos desde las filas de ETA no fue una fatalidad vinculada a una causalidad indefectible (...), la utilización de la violencia extrema por parte de ETA y su apoyo/defensa por parte de la izquierda abertzale fue premeditada, por lo cual fue una opción y una decisión, nunca inevitable.
Tras salir varias veces de permiso me he sentido aceptado por la sociedad, arropado por mi familia y allegados, querido por mi entorno. En la vertiente más dura de la vuelta a rehacer mi vida, he podido ver con mis ojos la difícil realidad en casa pues mi mujer está agotada tras décadas criando ella sola a nuestros dos hijos. (...) Ellos me necesitan a su lado para sostenerlos emocionalmente, para aportar a la economía familiar y ser felices en la medida de lo posible. Me despido rogando su comprensión»
Aunque algunos de estos seis internos vieron rechazadas sus peticiones en un primer momento - por recursos de la Fiscalía de la Audiencia Nacional-, todos ellos han logrado finalmente progresar al tercer grado. El uso o no de la palabra perdón, que para algunos tiene una connotación religiosa, es uno de los elementos principales que distancian la postura de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que lo ve imprescindible, y el Gobierno vasco, que públicamente ha optado por tener en cuenta otros aspectos, como la evolución del interno, el comportamiento en prisión y el fondo de sus escritos.
ESCRITO PERSONAL
Interno 5
«A través de estas líneas me gustaría hacer una reflexión sosegada acerca de uno de los requisitos que para denegarme los permisos ordinarios de salida se me viene demandando por parte de ese Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. Concretamente, la petición expresa de perdón a la familia de -cita a una víctima-, a la que mis actos causaron tanto sufrimiento. Siempre he pensado que el perdón , como tal, pertenece más al ámbito de las religiones que a la de la legalidad. Aún siendo así, creo que es totalmente legítima su petición si con ella es más liviana la carga de la pena y el dolor que, en este caso esta familia acarrea. (...) Es preferible el propósito de enmienda y la asunción del mal hecho a la simple petición, ya que, se puede verificar a través de la conducta.
Tras esta trayectoria sincera y comprobada, esta petición expresa de perdón a la familia de X -cita por el nombre-, por haberles privado de la compañía vital de un ser querido, creo que cobra la credibilidad necesaria para poder ser tenida en cuenta. En escritos anteriores planteaba la posibilidad de que si fuera necesario acudiría a cualquier encuentro con víctimas (directas o no) para escuchar lo que a bien tuvieran la necesidad de trasladarme. (...) Añado que la razón del carácter de oyente se debe a que dudo que como actor desestabilizador en la vida de esa familia necesiten de mi algo más que esa figura. (...) Ante ellos -los familiares- solo acierto a esbozar un lacónico lo siento.
Ningún ser vivo viene al mundo con tantas posibilidades de elección como el ser humano. Durante mi vida he tomado cientos de decisiones. De algunas me siento orgulloso y de otras terriblemente apenado. En este último el sentimiento que albergo cuando pienso en que por una de mis decisiones provoqué un dolor imperdonable a la familia de X -cita a su víctima-. No ha sido ni será fácil seguir con semejante carga»
17 revocaciones
La Audiencia Nacional ha rechazado de forma definitiva 17 de esas progresiones de exreclusos de ETA. La Fiscalía recurrió un número aún mayor de peticiones pero, o el juez desestimó el recurso, o fueron posteriormente aprobadas.
1.008 peticiones
de progresión al tercer grado de reclusos comunes se han tramitado en Euskadi desde que asumió la competencia. Sólo 22 de ellas han sido rechazadas.
El acceso a estas cartas se presenta como una de las maneras más ciertas para aproximarnos a qué pasa por la cabeza de estos reclusos. Hay diferencias notables con las que presentaban hace años y que fueron duramente criticadas por las asociaciones de víctimas. Las primeras misivas de presos eran muy estereotipadas, casi eran una suerte de plantillas rellenadas como un trámite, mientras que las actuales están manuscritas y contienen las vivencias y reflexiones personales de los internos.
CARTA
Interno 6
A la Junta de Tratamiento Penitenciario
««No es la primera vez que reconozco el daño y el dolor causado (...) Me estoy refiriendo a reconocer el daño y el sufrimiento causado a estas personas concretas que perdieron la vida o resultaron heridas. Lo sucedido ya es irreparable del todo en uno de los casos. A día de hoy, mis palabras poco o nada van a atenuar el sufrimiento provocado por esa muerte.
Tengo un certificado de oferta de trabajo de media jornada y dos propuestas para realizar prácticas (...). Necesito estar en la calle para seguir con mi formación académica ya que en prisión me es totalmente imposible. He desempeñado adecuadamente diferentes destinos en prisión (remunerados o no). Mi mayor deseo es reintegrarme cuanto antes a la sociedad para poder rehacer mi vida y reconstruir la relación con mis hijos»
Covite ha sido una de las asociaciones de víctimas que se ha mostrado más crítica con las progresiones de exreclusos de la banda. La asociación que preside Consuelo Ordóñez considera que si no existe una desvinculación del entorno radical, el arrepentimiento no es sincero.
Según los últimos datos que hizo públicos el Gobierno vasco el 31 de diciembre de 2023, desde el traspaso de la competencia de prisiones se han aprobado 64 progresiones al tercer grado de exmiembros de ETA y 17 de ellas han sido revocadas de forma definitiva. La inmensa mayoría de las peticiones se cimentan en escritos como los que hoy ven la luz.
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