La batalla en Esquerra Republicana por la presidencia del partido está cada vez más enconada y se ha convertido en una especie de guerra de guerrillas en la que hay cuatro contendientes en liza, con el riesgo de dejar el partido muy dividido, tras el ... congreso de noviembre.
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Oriol Junqueras, presidente durante 13 años, encabeza la candidatura que a día de hoy cuenta con más números para hacerse con el poder. La alternativa es el sector renovador, 'Nova Esquerra Nacional', que se agrupa en torno a la secretaria general, aunque Marta Rovira se ha autodescartado como líder de la formación. Los renovadores piden nuevos liderazgos. Los últimos en sumarse a la carrera son dos pequeñas corrientes internas, minoritarias, Foc Nou y Colectivo 1-O, pero que hacen bandera de haber defendido el no a la investidura de Illa, a diferencia de los dos sectores mayoritarios.
Junqueristas y roviristas han elevado este lunes el tono del enfrentamiento. Los afines a la secretaria general, que controlan a día de hoy la dirección del partido y que aún buscan a su candidato a la presidencia, han acusado al expresidente de la formación de filtrar a la prensa unos mensajes de móvil para ganar el congreso del partido. En los mensajes, se desprende que Rovira, tras conocerse los carteles ofensivos contra los Maragall , no paralizó la estructura paralela que se había montado en el partido para hacer campañas de guerra sucia. Y hasta afirma, según las conversaciones difundidas en Catalunya Ràdio, que el escándalo del caso Maragall (por unos carteles ofensivos contra el alzhéimer del expresidente) y antes de que se supiera de que habían partido de la propia ERC podría beneficiarles electoralmente.
Desde el sector renovador han hablado de guerra sucia contra Rovira y de política de tierra quemada por parte de Junqueras en su objetivo de recuperar la presidencia del partido en el congreso del 30 de noviembre (cesó tras las elecciones catalanas y se puso de perfil en el debate sobre la elección de Illa). «No todo vale», ha afirmado la secretaria general adjunta, Marta Vilalta. Quien ha filtrado los mensajes, sin acusar públicamente a Junqueras, busca hacer «daño personal», ha señalado. El sector renovador ha atacado a Junqueras a través de Vilalta, pero más tarde ha sido la propia Rovira la que ha cargado con dureza contra el expresidente del partido, al que ha acusado directamente de filtrar los mensajes contra ella para intentar influir en el congreso de noviembre.
Según la secretaria general, Junqueras no puede ponerse de perfil ante el entramado en B del partido, pues a su juicio el exlíder republicano pidió campañas más contundentes contra sus rivales. Rovira ha convertido este lunes la pugna interna en el partido en un duelo con Junqueras, con quien ha compartido el liderazgo de la formación durante 13 años. «Las filtraciones tiene intenciones muy claras: atribuir la responsabilidad a personas que no tenían nada que ver» y usar la polémica en la «campaña interna del proceso congresual», ha afirmado en las redes sociales.
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