Aznar y Ayuso exhiben sintonía ante un Gobierno «con los días contados»

Nunca han ocultado su afinidad, aunque pocas veces habían puesto su complicidad en escena con tanta evidencia. El escenario no podía ser más propicio: en un diálogo convocado por el instituto de estudios Atlántico, presidido por el propio Aznar, sin preguntas de los periodistas, ambos dirigentes se han regalado alabanzas. «Me siento muy identificado con sus políticas. Ha demostrado una capacidad de liderazgo extraordinaria», ha elogiado Aznar refiriéndose a Ayuso, de quien ha asegurado que recuerda a Margaret Thatcher, a quien define como «una estrella deslumbrante».

Quien fuera presidente del Gobierno entre 1996 y 2004 considera que España necesita «un proyecto nuevo, de esperanza y relanzamiento», un cambio que, en su opinión, comenzará en mayo con los comicios municipales y autonómicos y culminará con las elecciones generales. Ayuso, en palabras de Aznar, desempeñará un papel determinante en esa transformación del tablero político.

La presidenta madrileña, que el pasado fin de semana respondió al encuentro entre Feijóo y Pablo Casado con su asistencia al 70 cumpleaños de Aznar, dejando claro de qué lado sigue, ha preferido dirigir sus dardos hacia Sánchez, a quien ha acusado de liderar un gobierno «autoritario» que se encuentra «en fase terminal». Ayuso, ya con el traje de precampaña, ha arremetido contra la coalición entre el PSOE y Unidas Podemos: «Actúan con soberbia y un sectarismo nunca visto. Si se van las empresas, dicen que es culpa de los empresarios. Si salen de la cárcel los delincuentes sexuales, dicen que es culpa de los jueces. Y si suben los precios, dicen que es culpa de los supermercados».

La líder madrileña del PP ha solicitado a Sánchez «que cierre la puerta sin hacer más daño a España y que no siga endeudando a las generaciones futuras», además de reclamar «humildad, si le queda algo, para saber retirarse bien». Ayuso ha incidido en las últimas discrepancias surgidas en el Ejecutivo, una coalición que define como un proyecto «enfrentado» que se limita ya «a poner en marcha leyes liberticidas como la del aborto o la ley trans para llevar a España a su carril ideológico». La presidenta madrileña sostiene además que, en estos últimos meses de legislatura, el Gobierno «está llenando las instituciones de afines para que Feijóo lo tenga todo en contra cuando gobierne».

Aznar, más moderado en sus críticas, ha recordado que «España tiene los problemas que tienen todos los países», como los retos marcados por el envejecimiento de la población y la bajada de la natalidad, «y además los suyos propios», que focaliza en «los separatismos». El expresidente del Gobierno ha pedido «un punto de vista racional» en la discusión pública, «aunque sé que los momentos electorales son de brocha gorda», y ha insistido en que España «necesita músculo financiero, tecnología y libertad de emprendimiento y acción» para hacer frente al incremento presupuestario que requerirán la sanidad pública y el sistema de pensiones por el cambio demográfico.