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Miguel Ángel Blanco reparte propaganda electoral del PP en Ermua IGNACIO PÉREZ
El asesinado 778 que acabó erigido en símbolo
25 años sin Miguel Ángel Blanco

El asesinado 778 que acabó erigido en símbolo

El chaval al que mataron gozaba de los suyos, de su pueblo y la música y alzaba la voz contra ETA tiñendo de gallardía su ligera tartamudez

Domingo, 10 de julio 2022, 07:28

Somos lo que somos, pero también lo que los demás recuerdan que fuimos. Hubo un Miguel Ángel Blanco -el Míguel con la tilde cariñosa que los suyos le prendían al nombre- antes de la tenebrosa tarde del 10 de julio de 1997 en que tres ... etarras de su misma quinta le secuestraron para matarle. Hubo otro en las 48 horas en que los terroristas le retuvieron con el reloj de arena de la ejecución sumaria corriendo en su contra, cuando él tuvo que mirar de frente a la certeza de que iban a asesinarle; y cuando ETA obligó a los periodistas y sus conciudadanos a asomarse a la existencia de aquel desconocido concejal del PP de Ermua hasta encariñarse con él, con su pelo pajizo, los ojos que se clavaban en el alma desde los carteles que clamaban por su libertad, el rostro de vecino tímido y educado, las baquetas de la batería con las que remedaba a Héroes del Silencio, esos padres y esa hermana que, de la noche al día, lo fueron de todos en su infinito dolor. Y ahí emerge el tercer Miguel Ángel, la víctima 778 en el despiadado paseo de ETA por los infiernos que acaba erigiéndose en el asesinado de los asesinados. En la efigie que simboliza el horror desnudo e imborrable, sin causa y sin excusa, aunque las nuevas generaciones no sepan -o no quieran saber- quién fue el chaval al que mataron.

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