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El salón de los pasos perdidos del Congreso ha acogido este lunes su primer acto de recuerdo a las víctimas de la guerra civil y la dictadura franquistas. Una cita que estaba prevista para el pasado 30 de octubre, pero que se pospuso como consecuencia ... de la trágica DANA que el día anterior había asolado, especialmente, la provincia de Valencia. Precisamente, a esta circunstancia ha dedicado sus primeras palabras la presidenta de la Cámara baja, Francina Armengol. «Tuvimos que hacerlo, casi sobre la marcha, por un motivo que no olvidaremos, como fue la trágica DANA del 29 de octubre, que a día de hoy se ha cobrado 231 víctimas. Vayan estas primeras palabras en su recuerdo, y todo el apoyo para sus familiares y seres queridos», ha iniciado su intervención.
La fecha original había sido elegida en la víspera del 'día de recuerdo a todas las víctimas del golpe militar de 1936, la Guerra Civil y el régimen franquista', que se celebra el 31 de octubre desde la aprobación de la Ley de Memoria Democrática. Se eligió esa fecha, de hecho porque fue un 31 de octubre de 1978 cuando las Cortes en sesiones plenarias del Congreso y el Senado aprobaron la Constitución y cuando, veintinueve años después, en 2007, el pleno de la Cámara Baja aprobó la Memoria Histórica, antecesora de la norma vigente ahora.
Al presentar el acto, del que se han ausentado PP y Vox -los populares votaron en contra del mismo cuando la iniciativa se llevó ante la Mesa del Congreso, Armengol ha subrayado que «la sociedad española tiene un deber de reparación y tiene también un derecho de reparación», y ha remarcado que «el Congreso es un lugar para la verdad», y que «conmemorar este día aquí ha de ser de obligado cumplimiento, porque no solo es un acto de memoria, sino que también es un acto de convivencia».
A su juicio, «ningún Estado democrático puede permitirse enterrar la verdad y construir una sociedad libre sobre violaciones de derechos humanos, sobre la ausencia de tantos exiliados, sobre el olvido y la mentira» y ha llamado a «blindarse» frente a quienes buscan derogar las leyes autonómicas de memoria.
La presidenta de la Cámara baja ha recordado la memoria de algunas de estas víctimas, como Carmen Luna, una utrerana de 48 años a la detuvieron en su pueblo natal durante la guerra. «La metieron en prisión, le raparon la mitad de la cabeza, le colgaron en la otra mitad banderitas rojas y gualdas. Cada tanto la exhibían por la calle, subida a lomos de un caballo. La fusilaron en la puerta del cementerio y dejaron su cadáver expuesto, para dar ejemplo», ha señalado la presidenta.
Posteriormente intervinieron en el salón de los pasos perdidos, un lugar reservado a ocasiones solemnes, diferentes representantes de asociaciones memorialistas: los arqueólogos Lourdes Herrasti y Francisco Carrión, el historiador Manel Suárez y la representante del colectivo memorialista de Utrera AMEHIS, Consolación Barroso. A la ceremonia han acudido los portavoces del PSOE, Patxi Lopez; de Sumar, Verónica Martínez Barbero; de Bildu, Mertxe Aizpurua; del PNV, Aitor Esteban, y el adjunto de ERC, Francesc Marc Álvaro. También han estado los ministros de Política Territorial y Memoria, Ángel Víctor Torres, y de Cultura, Ernest Urtasun, así como la exministra Dolores Delgado, cuyo nombramiento como fiscal especializado en memoria fue anulado por el Tribunal Supremo.
La periodista Natalia Junquera, encargada de moderar el coloquio, ha desechado la idea de que la ley de memoria democrática sea una norma revanchista, como la acusan los detractores de la misma. «La ley lleva aplicándose casi veinte años y no he visto ningún acto de revanchismo ni de rencor en ningún acto de memoria, tampoco en exhumaciones, que son escenarios de un crimen«, ha zanjado.
Lourdes Errasti, por su parte, ha señaladado que «las exhumaciones las inició Francisco Franco. Exhumaciones documentadas por forenses». «La primera fue la que se inició tras la construcción del Valle de Cuelgamuros. Luego se produjeron muchas iniciadas por los familiares, que sabían donde estaban enterrados los familiares, pero muchas veces no sabían distinguir entre restos de una persona u otra», ha proseguido.
Consolación Barroro, por su parte, ha defendido la reparación por parte del Gobierno a las víctimas, sobre todo a las declaradas culpables en los juicios sumarísimos que se llevaron a cabo durante la guerra y la posguerra. «Una reparación firmada por el Gobierno no es solo un papel, es algo emocionante para las familias, un documento que reconoce que tu familiar era inocente. ¿Dicen que abrimos heridas? ¿Qué heridas abrimos si no nos han dejado cerrarlas?», ha añadido.
Por último, Armengol ofreció a las hermanas de Salvador Puig Antich, Carme y Montserrat, una copia de los diarios de sesiones del Congreso donde aparece el nombre del anarquista condenado a muerte y ejecutado en marzo de 1974. Acto después, en el sótano del Palacio de la Carrera de San Jerónimo, habilitado como sala de exposiciones, la compañía Proyecto 43-2, de María San Miguel, ha interpretado un fragmento de la obra 'Federico, no hay olvido ni sueño: carne vida'. Se trata de una pieza de teatro documental sobre la memoria del poeta, y también sobre la memoria histórica, que se representó completa el pasado verano en el barranco de Víznar (Granada) donde el 19 de agosto de 1936 fue asesinado Federico García Lorca.
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