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Aragonès presiona a Sánchez para que Cataluña tenga una soberanía fiscal a la vascaEl presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha lanzado este martes su propuesta estrella de cara a la próxima legislatura: un concierto económico a la vasca para Cataluña. Aragonès reclama al Gobierno de Pedro Sánchez, en plena carrera ya hacia las autonómicas del 12 ... de mayo que él mismo adelantó, un sistema de «financiación singular» para Cataluña, un modelo de «soberanía fiscal plena», en el que la Generalitat pasaría de recaudar el 9% al 100% de los impuestos generados en la comunidad autónoma catalana. Según sus cálculos, su modelo, que asegura que es plenamente constitucional, se traduciría en un «ingreso potencial» cercano a los 52.000 millones anuales, el doble que con el modelo de financiación actual. Este es el global de lo que gestionaría, pero el Govern no ha dado cifras cuál sería la cifra final neta con la que podría contar para su Presupuesto.
El dirigente republicano plantea que la comunidad catalana salga del régimen común del sistema de financiación autonómico. Su proyecto reclama la «gestión y recaudación» de todos los impuestos por parte de la Generalitat, al margen de los tributos locales. Esto incluiría a las grandes figuras tributarias como el IVA, el IRPF, el impuesto sobre sociedades o los impuestos especiales. Sería similar a los modelos del País Vasco y Navarra. Como estos, contempla un cupo. Se trataría de una «transferencia» al Estado como contraprestación por los servicios que éste presta en Cataluña, como las políticas de defensa o la administración de justicia. Incluiría un fondo de «reequilibrio territorial», una cuestión que la consejera de Economía, Natalia Mas, ha destacado que lo diferencia respecto al caso vasco. La cuantificación de la transferencia al Estado y del fondo de reequilibrio se acordaría conjuntamente entre la Generalitat y el Gobierno del Estado, como ocurre con el cupo vasco. De hecho, el nuevo sistema también contemplaría un mecanismo bilateral Generalitat-Estado de negociación y revisión, así como un mecanismo permanente de coordinación entre ambas partes. Mas, en cualquier caso, ha evitado dar cifras de cuál sería el alcance de este cupo catalán. «No iremos a una negociación multilateral», ha asegurado la consejera.
El Govern parte de la premisa de que a su juicio Cataluña padece un déficit fiscal crónico. Propone recaudar todo en Cataluña y luego aportar a las arcas públicas del Estado. La Generalitat cifra el déficit fiscal en 22.000 euros anuales, el 8% del PIB catalán. «Cataluña necesita un modelo justo», ha asegurado el Govern. «Es una buena propuesta de país, compartida por buena parte del país», ha señalado.
Aragonès encargó hace meses esta propuesta a su consejera de Economía, Natalia Mas. Su intención era que formara parte de la siguiente fase de la negociación de la mesa de diálogo entre el Gobierno y el Govern, tras la aprobación de la amnistía, en la parte final de la legislatura catalana. Los acontecimientos se han precipitado en Cataluña a raíz del adelanto electoral, tras no poder aprobar los Presupuestos. Aragonès quiere ahora convertir su idea de financiación singular es uno de los puntos estrella del programa electoral de Esquerra. El presidente de la Generalitat viaja mañana a Madrid, donde defenderá su propuesta, que rechazan tanto el Gobierno como el PSC.
«Con el modelo de financiación actual, Cataluña es cada año el segundo o tercer territorio que más aporta en términos per cápita a la financiación común, pero una vez aplicado el modelo cae a la décima posición en recursos recibidos, la decimocuarta si se tiene en cuenta el diferencial de precios derivado del coste de la vida», según el Govern. Cataluña aporta, por tanto, sistemáticamente por encima de la media, afirma el Gobierno catalán, pero queda siempre por debajo de la media en recursos recibidos. «Se trata de una dinámica muy distinta a la observada en los países federales estudiados, donde la nivelación de recursos que hacen los gobiernos centrales para garantizar una financiación equilibrada de sus territorios no altera sustancialmente la ordinalidad inicial», concluye el Ejecutivo catalán.
Aragonès pone sobre la mesa lo que ha calificado como «un cambio de paradigma» para dejar atrás décadas de «injusticia con Cataluña». Abre el melón del pacto fiscal, en un momento en que tiene varias crisis, a poco del inicio de la campaña: una sequía que se agravará de cara al verano y un pugna con los funcionarios de prisiones.
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