El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha insistido este lunes en que su apuesta es agotar la legislatura catalana y por tanto las elecciones serán en febrero de 2025. «Mi intención, y en estos momentos no tengo ningún elemento para cambiar la decisión, es ... que las elecciones sean cuando tocan, en febrero de 2025», ha afirmado en Catalunya Rádio dos días después de que Esquerra le propusiera formalmente como candidato a la reelección en los próximos comicios autonómicos. Aragonès sigue tratando de disipar los rumores sobre un posible avance electoral. «No soy de ir dando volantazos», ha dicho. De momento, el dirigente republicano niega el adelanto, a pesar de que su partido, con su designación, ya ha puesto en marcha toda la maquinaria electoral. Y ha trasladado la presión a las demás formaciones, sobre todo a Junts, que no tiene candidato y que depende de la ley de amnistía para que Carles Puigdemont pueda presentarse a las elecciones catalanas.
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Los planes del jefe del Ejecutivo catalán pasan por tratar de aprobar los presupuestos de la Generalitat, antes de los del Estado, y con las cuentas validadas, que serían las terceras en cuatro años, intentar llegar hasta el final de su mandato. Aragonès se ha mostrado confiado en que podrá aprobar las cuentas autonómicas. De momento, negocia a varias bandas, con el PSC, Junts y los comunes. Los republicanos condicionaron días atrás el apoyo de los 7 diputados de ERC a los Presupuestos Generales del Estado a que el PSC haga lo propio con las cuentas de la Generalitat. El presidente de la Generalitat apuesta por la «continuidad» para los próximos cuatro años en los que se pone como objetivo negociar con Sánchez las condiciones para celebrar un referéndum.
Un pacto con los socialistas para los presupuestos puede disparar todos los rumores sobre un posible tripartito de izquierdas tras las elecciones catalanas. Aragonès ni ha alimentado esta opción ni la ha descartado, ahora que en el Ayuntamiento de Barcelona ambas formaciones estarían cerca de pactar un pacto de gobierno. Eso sí, ha abogado por seguir gobernado solo, como hasta ahora. Que el próximo Govern, ha dicho, «se parezca al actual».
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