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Cristian Reino
Miércoles, 23 de agosto 2023, 13:47
El independentismo sigue presionando a Pedro Sánchez y dejándole claro que va a tener que ceder mucho para obtener sus votos para la investidura. La consejera de la Presidencia, Laura Vilagrà, insistió este miércoles en que la amnistía para los «represaliados» catalanes es una «línea ... roja» para votar a favor del candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, siempre y cuando Alberto Núñez Feijóo no fracase en su intento de ser elegido.
Días atrás, una de las integrantes del equipo negociador republicano, Teresa Jordà, ya advirtió de que no solo bastará que los socialistas permitan la tramitación de una ley de amnistía, sino que esta norma «debe salir adelante» en la votación en el pleno del Congreso. Los independentistas no se conforman con una declaración de intenciones ni con la promesa de que esa ley se impulsará durante la legislatura. Como con el asunto del catalán para asegurar la presidencia de Francina Armengol, los secesionistas piden pruebas.
Poco después de que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, fijara la fecha del pleno de investidura de Alberto Núñez Feijóo, los republicanos ignoraron al aspirante del PP con el que no piensan reunirse (Junts guardó silencio al respecto) y trasladaron su petición de exigencias a Sánchez, que espera que Feijóo no reúna los votos necesarios para la investidura para postularse como candidato.
El presidente del Gobierno en funciones necesita, entre otros, los 7 escaños de ERC y los 7 de Junts. Sánchez ya no niega la posibilidad de negociar una amnistía, como le exigen los nacionalistas, cuando en la pasada legislatura la respuesta siempre era que no cabe en la Carta Magna. «El diálogo es el método y la Constitución, el marco», afirmó el martes el presidente del Gobierno. Sus socios en el Gobierno, los dirigentes de Sumar, defienden una ley de amnistía y han creado un equipo de expertos para buscarle encaje en la Constitución. En cualquier caso, Puigdemont aseguró días atrás que no busca salidas personales. La posición de los independentistas tampoco está clara del todo, pues Laura Borràs, por ejemplo, sí busca una salida personal, ya que a pesar de haber sido condenada por corrupción pide que se la incluya en el listado de «represaliados» del 'procés' a amnistiar. El secesioismo habla de hasta 4.000 personas amnistiables, pero esa cifra baila con muy poco rigor.
Vilagrà, desde Prada (Francia), en la Universidad Catalana de Verano, instó a Junts a pactar una estrategia unitaria para negociar con Sánchez, aunque hasta la fecha Puigdemont se ha negado a este extremo, pues quiere seguir teniendo el control de las conversaciones y la última palabra.
La amnistía es una «línea roja imprescindible» para ERC, pero la consejera de la Presidencia le pidió también a Sánchez que abra el melón de la autodeterminación. «Hay una segunda carpeta», dijo. Está por ver hasta qué punto el referéndum es una línea roja. Porque una posición inflexible de máximos podría hacer desacarrilar las conversaciones, allanadas con los trueques para que ERC y Junts puedan tener grupo parlamentario propio.
«Trabajamos con estos dos objetivos», señaló. «El curso político empezará caliente y pasarán cosas», vaticinó. En esta línea, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, aseguró que «la amnistía y la autodeterminación son el camino para resolver el conflicto político entre Cataluña y España». «No renunciaremos» al objetivo de la independencia, afirmó en Twitter.
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