Aparece un torso en el vertedero de Toledo

Mandos de la investigación explicaron que, aunque oficialmente ya están declarados los dos menores como fallecidos, la búsqueda de restos continuará todavía un tiempo en la planta de Ecoparque.

Ya el pasado 15 de enero, las pruebas de ADN confirmaron que los otros restos humanos hallados en el vertedero de Toledo el 11 de enero -un pie, una pequeña parte de una pierna y otros restos menores- correspondían a Ángel.

Además, los operarios que trabajan en el Ecoparque ya habían recuperado pedazos de ropa que corresponden a los del niño, entre ellos un jirón del pantalón que vestía el día de su desaparición.

El supuesto torso de Ángel, como los otros vestigios hallados correspondientes al pequeño, se hallaron en la zona de una hectárea de superficie y tres metros de profundidad, donde se buscaba desde un inicio, ya que corresponden al área de vertido de residuos de los contenedores de la capital toledana el día 10 de diciembre. Los de su primo, sin embargo, se encontraron ya en una cinta de tratamiento de residuos.

Esa zona, con entre 9.000 y 10.000 toneladas de residuos va a seguir siendo rastreada de forma manual por agentes agentes de la comisaría de Villa de Vallecas. El resto del dispositivo, tras la confirmación de que los restos son de Ángel, se ha ido desmontando en los últimos días, entre ellos los funcionario del Grupo Operativo de Inspecciones Técnicas (GOIT), de la Unidad Canina o del el Grupo de Delitos Violentos de la Policía Científica.

Los dos menores desaparecieron el 10 de diciembre cuando entraron a comprar juntos un bocadillo al Hiper Usera de General Ricardos de Madrid y no volvieron. Diversas grabaciones posteriormente les situaron en Toledo, en concreto, en la estación de autobuses, en el entorno de un hotel y en un centro comercial.

La principal hipótesis de los investigadores, que no la única, es que los dos chavales se marcharon a Toledo para visitar a un exnovia de Fernando, Lucía. En algún momento, probablemente para refugiarse del frío tras perder el último autobús de vuelta a Madrid, decidieron resguardarse en un contenedor de basura, falleciendo por asfixia.

De hecho, la autopsia del cuerpo Fernando logró confirmar la muerte por asfixia a pesar de que el cadáver estaba muy deteriorado ya que había pasado por diversas máquinas de esta planta donde se realiza el tratamiento de residuos de 196 localidades de la provincia, que suman más de 600.000 habitantes.

La familia de los dos menores fallecidos, sin embargo, siguen dudando de la tesis policial de la muerte accidental y apuntan a que los chicos fueron asesinados y luego arrojados al algún contenedor o al vertedero. La Policía insiste en que también esa línea de investigación sigue abierta y que no ha abandonado ninguna hipótesis.