Los investigadores no son capaces de calcular la cantidad de millones que ganó Víctor de Aldama, el conseguidor de la 'trama Koldo', por sus contratos fraudulentos con las mascarillas, la intermediación en el rescate de Air Europa o el tráfico de oro con ... la vicepresidenta de Venezuela. Tampoco, ni la Guardia Civil ni la Fiscalía, se atreven a calibrar cuánto dinero le supuso a Koldo García su pertenencia a este grupo que se movía en el Ministerio de Transportes.
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Pero Anticorrupción, a la vista de los datos que ya tiene encima de su mesa el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, sí que tiene claro que el elemento central de todo este entramado, José Luis Ábalos, se dejó corromper básicamente por el pago del alquiler del piso de lujo de su amante en el centro de Madrid y el chalet en Cádiz que la trama ponía a su disposición para sus escapadas románticas. Por ahora, revela Fiscalía, no se han detectados otras dádivas al exministro a cambio de los favores millonarios que hizo para Aldama o García y que le podrían llevar al todavía diputado a la cárcel durante una larga temporada por cohecho, pertenencia a organización criminal y tráfico de influencias.
Así lo atestigua el fiscal Luis Pastor en las 21 páginas que ha remitido al instructor Moreno y en las que pide elevar una exposición razonada al Supremo contra quien fuera el número 3 del PSOE . Para la Fiscalía, no hay la más mínima duda de que el exministro debe ser investigado en el alto tribunal (donde sigue aforado) como pieza central de la 'trama Koldo', ya que «resulta difícil entender la operativa desarrollada por Koldo García (mano derecha del exministro) y Víctor de Aldama sin la participación de Ábalos».
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Anticorrupción insiste en que el exministro es un eslabón central, pero desde luego no el más beneficiado. Y es que la Fiscalía defiende imputar a quien fuera hombre de confianza de Pedro Sánchez por cohecho porque el pago de su «mediación en la adjudicación de los citados contratos de suministro» fue el «uso y disfrute del inmueble» de la urbanización La Alcaidesa de La Línea, Cádiz, (que costó en el verano de 2021 a la trama 526.500 euros y que fue elegido por el propio Ábalos) y el «pago» de alquiler del piso de lujo de su novia Jéssica R.G. en la undécima planta de uno de los rascacielos de la Plaza de España de Madrid (82.298 euros en algo más de tres años).
Ese cohecho, entiende la Fiscalía, fue la recompensa que obtuvo Ábalos a cambio de convertirse en miembro de una «organización criminal», «en tanto que ocupaba un papel principal en el entramado creado por Víctor de Aldama para la consecución de negocios con las Administraciones Públicas».
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También le acusa el Ministerio Público de tráfico de influencias pues, sostiene Anticorrupción, «consta acreditada» la «intervención» del exministro en la «adjudicación de los contratos de suministro de mascarillas a Soluciones de Gestión y Apoyo a la Empresa». En ese mismo apartado de tráfico de influencias, Anticorrupción le acusa de haber movido la «contratación por parte de dos empresas públicas (Ineco y Tracsatec)» de su amante, quien estuvo empleada como auxiliar administrativa durante alguno delos meses que duró la relación con Ábalos.
El informe concluye -en la misma línea que el demoledor atestado de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que impulsó al juez a promover la imputación de Ábalos en el Supremo- que Koldo García jamás operaba por libre y que «todas las actuaciones» que el hombre de confianza del exdirigente socialista hizo en el seno del Ministerio de Transporte para la adjudicación fraudulenta de compras millonarias de mascarillas a la empresa de la trama «estaban avaladas por el ministro José Luis Ábalos».
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El documento del Ministerio Público certifica que las adjudicaciones de material sanitario que estuvieron en el origen de este caso fueron «designadas desde la más alta instancia del Ministerio», según declaró el subsecretario de esa cartera ministerial, José Manuel Gómez García, ante el juzgado. «Designación que no se entiende que únicamente estuviera avalada por el asesor personal del ministro, alguien que en el organigrama ministerial estaba en un escalón inferior al del subsecretario y sin ninguna capacidad ejecutiva», explica la Fiscalía.
Anticorrupción considera que a la luz de la ganancia obtenida por Aldama gracias a esos contratos, «esta información privilegiada y el aseguramiento de la contratación con Soluciones de Gestión, conlleva poner en valor la relación personal y directa que mantenía en ese momento con Koldo García y, por ende, con el propio exministro».
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