Teresa Freixes
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Teresa Freixes
Relata Teresa Freixes el boicot el martes pasado a estudiantes contrarios al 'procés' independentista por otros que lo reivindicaban en la Universidad Autónoma de Barcelona como una de las evidencias de que el apaciguamiento de Cataluña no es tal, según enfatiza, para quienes siguen sin ... comulgar con el separatismo. Esta catedrática de Derecho Constitucional intervendrá en la manifestación convocada este domingo en Barcelona por Sociedad Civil Catalana contra la amnistía, a la que se han sumado el PP, Vox y Ciudadanos. Los socialistas, que compartieron pancarta en el trance crítico de 2017, buscan hoy un pacto de investidura con los secesionistas.
–¿Cuál es la radiografía de la Cataluña en la que ustedes vuelven a echarse a la calle?
–Es una Cataluña secuestrada por aquellos que fueron protagonistas de los momentos más álgidos de 2017, porque están insertos en todos los recovecos administrativos. Han impuesto su visión de las cosas en la enseñanza, en el comercio... Cataluña no está pacificada, está secuestrada por el marco mental del secesionismo. Y ese secesionismo nunca ha tenido la mayoría social.
–El lugar común sostiene que la sociedad catalana está mucho mejor que hace seis años.
–Pues yo no lo diría así. Hace seis años estábamos muy presionados y vivimos las escenas, digamos, de mayor violencia física. Ahora se trata de una violencia larvada, psicológica, continua en la educación, en la Administración… Y eso es terrible. Entonces nos quedaba la esperanza de que desde el resto de España y, sobre todo, desde sus instituciones se iba a hacer algo para ayudarnos a salir de esta situación. Ahora, el Gobierno y una mayoría parlamentaria muy exigua, pero mayoría, son los alentadores y cómplices de este secesionismo que no ha cambiado sus objetivos.
–¿Sienten que les dejan solos?
–No, nos sentimos respaldados por la sociedad española. Y el apoyo al constitucionalismo catalán no es un apoyo, como algunos intentan decir, propio de la derecha, sino que sigue siendo muy transversal. Lo que es absolutamente increíble es que quien nos ha dejado solos sea el Gobierno del PSOE, el partido que hizo con nosotros la Transición, la Constitución y su desarrollo para la convivencia.
–Si esa es la fotografía con la que define hoy Cataluña, ¿cuál es la del constitucionalismo?
–Las organizaciones que estábamos en 2017 no hemos bajado la guardia porque el acoso ha sido continuo.
–¿Y se puede seguir sosteniendo que ese constitucionalismo es mayoritario, cuando el PSC ya no estará en la manifestación?
–Nosotros no queremos que vengan los partidos por ser partidos, queremos que venga la sociedad. La manifestación va a ser absolutamente transversal porque Sociedad Civil Catalana lo es.
–Se lo pregunto de otra forma. ¿Cree que esa transversalidad incluirá a socialistas críticos?
–Sí, sí, sí. Tenemos la certeza. Es que es imposible de entender que un partido socialdemócrata haga del nacionalismo su bandera, que haga sus alianzas con las minorías supremacistas y secesionistas. No lo pueden entender ni ellos mismos. Hay muchos socialistas que están radicalmente en contra de cómo se están haciendo las cosas y que no quieren dejar de ser socialistas. Lo que quieren es que se hagan bien.
–El presidente Sánchez arguye que el objetivo es «la concordia».
–Pues yo creo que podría pensar que si el anuncio de algo que algunos llaman amnistía, otros alivio y otros vaya usted a saber el qué está levantando tanta polvareda, poca concordia hay por ahí. La amnistía no es la solución. La amnistía es el problema.
–Usted es catedrática de Derecho Constitucional. ¿La amnistía cabe o no en la Carta Magna?
–Nuestra Constitución no la regula porque no ha querido regularla. En el debate constituyente se presentaron dos enmiendas en el Congreso y dos en el Senado, que se debatieron y no se incluyeron. Sé que las constituciones, una vez adoptadas, se desprenden un poco de la voluntad de sus autores. Pero una cosa es eso y otra, que la contradigan. La amnistía, como toda norma jurídica, debe tener una justificación consistente y responder a la voluntad real que tiene detrás. No sé si en la exposición de motivos podrán poner que se va a otorgar porque se necesitan siete votos para una investidura. Por añadidura, se produciría una inseguridad jurídica tremenda, porque se le dirá al Supremo que su condena no tenía ningún sentido. Y una quiebra del principio de igualdad, dado que por conveniencia política habrá políticos que amnistiarán a otros.
–Si Puigdemont renuncia a repetir el 'procés', ¿eso haría constitucional esa amnistía?
–El responsable de todo no es solo Puigdemont. Cuando las amnistías se producen como consecuencia del fin de un conflicto, esa terminación involucra a casi todas las fuerzas sociales y políticas, porque, si no, no da resultado; pensemos en Colombia. Pero aquí no hemos tenido ningún conflicto armado, sino un intento de sojuzgar a los catalanes no secesionistas. Faltan siete votos para la investidura. No le demos más vueltas, no hay más explicación.
–¿Es asumible que se pueda equiparar esta posible exoneración con soluciones internacionales para conflictos armados?
–No, por favor. Faltaría más, cuando los constitucionalistas no hemos empuñado las armas ni en los años duros de ETA. No se puede gobernar solo con la mitad más uno o más dos de los escaños del Congreso. Si los dos grandes partidos llegaran a un mínimo acuerdo sobre la gobernación del país, se acabarían los problemas.
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