La 'remoción'

Porque Ramón Tamames, por mucho que se haya prestado a la moción de censura en una discutible contribución a la cultura democrática de este país, va a realizar su última gran conferencia con un propósito: dejar públicamente su camaleónico legado académico e intelectual y exigir la convocatoria de unas elecciones anticipadas. El autor de 'Estructura económica de España' y uno de los artífices de la Transición pretende realizar una lectura crítica de los útimos años y el pleno de la Cámara se va convertir, más que en una moción de censura, en una reedición atípica del debate sobre el estado de la nación. Veremos hasta qué punto el proponente llega a formular la enmienda a la totalidad que pretende Vox para generar, sobre todo, contradicciones en el seno del PP, y que pasa por denunciar a Sánchez como culpable de la demolición de la nación española por su política de alianzas y rumbo errático.

El mayor error ante la moción de censura sería ridiculizarla o convertir a Tamames en una caricatura. Sobre todo porque el mayor contrapunto el debate será el contraste entre el tono del profesor y el registro tóxico y estridente que se vive hace tiempo en la política española, en la que la cultura del garrotazo y el maniqueismo han llegado hace ya mucho tiempo. En ese sentido, a pesar de lo estrambótico de la situación, la moción de censura podría ser, al menos teóricamente, una buena oportunidad para rescatar la profundidad del debate y para la 'remoción' de la política española. Eso, al menos, sería la cara positiva de la sesión, aunque lo previsible es que al final quede desvirtuada por la ferocidad de la discusión.

A los aliados del presidente del Gobierno tampoco les interesa una sesión 'blanca' del todo, en la que Sánchez polarice con la ultraderecha y se marche de rositas. La cercanía de las elecciones del 28 de mayo lo condiciona todo y lo contamina hasta extremos indeseados. Los partidos están ya en 'modo comicios' y resulta vano esperar que tengan un atisbo de sentido común y den paso a reconstruir empatías para ponerse en la piel del otro, rehacer puentes, exponer sus diagnósticos y proponer soluciones conjuntas a los problemasmás enquistados.

Pero hay cuestiones que pueden provocar momentos distintos. Por ejemplo, el debate sobre la posición española en la guerra de Ucrania. Al parecer, Tamames mantiene una opinión crítica con el papel de la UE en este conflicto bélico al considerar que es la propia de un 'protectorado' de EE UU por su incapacidad para explorar de forma autónoma una solución realista y negociada con Rusia. Ni siquiera los socialdemócratas del norte de Europa o los verdes alemanes están ya en esas tesis cuando son los primeros en abandonar sus históricas banderas de pacifismo y neutralidad y en abogar por aumentar el envío de armas a Ucrania. Es un discurso más cercano al registro político y cultural de Unidas Podemos que al de otros sectores, que puede plantear una asombrosa fisura en la izquierda.

Habrá que analizar también con atención si el discurso de Tamames cuestiona el Estado de las Autonomías, que es una de las señas preconstitucionales de la ultraderecha, y cuál es su receta de recuperación económica ante la actual incertidumbre. Y sobre todo si comparte la narratiiva ideológica de Vox, que hunde sus raíces en negar la legitimidad democrática del Gobierno de Sánchez. Estaría bien saber si el exdirigente del PCE comparte esta visión tan antidemocrática.