Albert Rivera amplía su ejecutiva nacional para aislar a los críticos

Esta maniobra, «una reforma de calado», según afirmó ayer el secretario general José Manuel Villegas, permitirá a Rivera incluir en la ejecutiva a un mayor número de fieles, lo que en contrapartida conlleva diluir la influencia de los dirigentes díscolos con su gestión. Al reforzar su posición, Rivera se garantiza el apoyo al inamovible 'no es no' a Pedro Sánchez y a su política de alianzas con el PP como socio preferente, y con el apoyo externo de Vox a los gobiernos de coalición de centro derecha.

Las tensiones dentro de Ciudadanos, una formación que acostumbraba a aprobar sus resoluciones por unanimidad, salieron a la luz hace un mes con la marcha del partido de Toni Roldán, portavoz económico en el Congreso. Roldán, apoyado por otros dirigentes como los eurodiputados Luis Garicano y Javier Nart, defendió revisar el veto al PSOE y abrir una negociación facilitar la investidura de Sánchez. La Ejecutiva rechazó la propuesta por amplia mayoría y Rivera animó a los partidarios de pactar con los socialistas a fundar su propio partido. El último en sumarse a la corriente crítica ha sido Francisco de la Torre, responsable de fiscalidad de los liberales. Según ha revelado, está reflexionando sobre su futuro y su «participación en el proyecto».