La denunciante de Errejón: «Cerró la puerta con pestillo y me besó y tocó sin consentimiento»

La actriz Elisa Mouliaá declaró el jueves por la noche en una comisaría de Madrid los hechos ocurridos en septiembre de 2021 en una fiesta con el exdiputado, quien le dijo: «Solo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo»

Mateo Balín

Madrid

Viernes, 25 de octubre 2024, 09:45

La actriz y presentadora Elisa Mouliaá, la primera en dar la cara y asegurar haber sido víctima de «acoso sexual» por parte del hasta ayer portavoz parlamentario de Sumar, Iñigo Errejón, se personó ayer a las 23:35 horas en una comisaría de ... Madrid para denunciar, ante la Brigada Provincial de la Policía Judicial, al dimitido diputado nacional.

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La denuncia de cinco páginas a la que ha tenido acceso este periódico, y que será investigada por el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, detalla un episodio sucedido en una fiesta particular en el centro de Madrid a finales de septiembre de 2021. Mouliaá ha aportado a la Policía una captura de pantalla de un mensaje de su móvil, en el que el 10 de octubre siguiente contó a una amiga, de nombre Jana Escamilla, todo lo sucedido aquella noche.

En el atestado ante el servicio 24 horas de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía se relata que Mouliaá, de 31 años entonces, fue víctima presuntamente de una agresión sexual por parte de Errejón sin su consentimiento. La denunciante, cuenta, llevaba un año hablando con el político a través de la aplicación de Instagram y posteriormente en Telegram. El día de los hechos, a finales de septiembre de 2021, coincidieron ambos en la presentación del libro de Errejón, quien había invitado a Mouliaá de forma previa.

Tras concluir el evento éste le propuso tomar una cerveza por la zona de Ópera. Ya en el bar, Errejón, de 37 años entonces, mostró una actitud «seria y fría» que sorprendió a la víctima. Esa misma noche ella le dijo que tenía una fiesta en casa de unos amigos por la zona de Alonso Cano, en el distrito de Chamberí de Madrid. La organizaron Soraya García y su novio Borja Valls, los cuales residen en Australia. Se lo comentó a Errejón y «por educación le invitó a asistir».

El entonces diputado, para sorpresa de ella, le dijo que sí, que quería ir y solicitó un coche para desplazarse a la casa. En el interior del vehículo, de camino a la fiesta, el denunciado cambió de actitud y, en tono dominante, le dijo que le iba a imponer tres reglas: «Que no se alejase mucho de él esa noche, que si lo hacia no fuese a más de 20 metros de él y regresase, y la tercera que le diese un beso».

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Mouliaá, señala el atestado, «se sintió violentada y cortada si bien decidió guardar silencio por ser quien era». Nada más acceder al edificio de Alonso Cano, dentro del ascensor, Errejón le dijo: «La tercera regla la voy a romper ahora mismo». Entonces, agarró a la chica entonces de 21 años por la cintura y la comenzó a besar, «introduciendo su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta«. Había invadido su espacio «haciendo que la misma se sintiese muy intimidada».

«Se sacó su miembro viril»

Entraron en la casa, comenzaron a beber y departir con el resto de invitados y cuando Mouliaá empezó a bailar con un amigo suyo una canción de Los Secretos, Errejón, en un «ataque de celos», la cogió del brazo y se la llevó a seis metros, por un pasillo, hasta introducirla en el interior de una habitación de la vivienda.

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Según recoge la denuncia, éste «cerró la puerta con pestillo para impedir que ella pudiera escapar, la comenzó a besar y tocar por distintas partes de su cuerpo, sobre todo la zona de los pechos y de los glúteos, no pudiendo concretar si por encima o por debajo de la ropa. Llegó a quitarle el sujetador al tiempo que le decía las frases lascivas del tipo: 'cómo me pones'. Todos estos hechos ocurrieron sin el consentimiento de la denunciante».

Acto seguido, empujó a la chica sobre la cama y el denunciado «se sacó su miembro viril, comenzando a lamer la zona de los pechos de ella». Mouliaá, declaró ante la Policía, se sintió «paralizada y no consintió nada de lo que sucedió», y luego le dijo a Errejón que quería seguir en la fiesta porque uno de sus amigos se había quedado solo. Él le respondió que salía de la habitación «con la condición de que en 20 minutos ambos se tenían que ir de allí a casa» del diputado y que tenía intención de avisar a un taxi para desplazarse.

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Todos estos hechos en la habitación duraron unos 20 minutos y ella, recuerda ahora, accedió a irse de la fiesta con la intención de que «todo lo que estaba sucediendo terminara cuanto antes». Errejón agarró la chaqueta de la denunciante y se la puso con mucha celeridad, al tiempo que le decía: 'Vamos, date prisa, que el coche lleva cinco minutos esperando'«.

Cuando se dirigían a la casa del exdirigente de Sumar, a mitad de trayecto, Mouliaá recibió una llamada de su padre Ignacio, en la que le dijo que su hija de un año de edad en ese momento tenía 40 grados de fiebre. Pese a ello, ambos siguieron a la vivienda y una vez dentro él comenzó de nuevo a besarla y tocarle los pechos y los glúteos por fuera de la ropa. Ella le dijo que estaba siendo «muy incómodo y que estaba preocupada» por su hija, y que «todo lo sucedido le estaba pareciendo muy violento». A lo que Errejón le contestó: «Solo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo».

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Mouliaá le rebatió diciendo «si no sabía lo que era la seducción, los tiempos y la escucha», a los que él le contestó dándole las gracias y diciendo que eso le iba a servir para futuros encuentros. Una respuesta que provocó «sorpresa, repulsión y decepción» en la joven.

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