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El PP dio un volantazo en su estrategia de respuesta a las secuelas judiciales y políticas de la 'operación Kitchen'. Si Pablo Casado ha marcado distancias con la trama policial de espionaje al extesorero Luis Bárcenas, el portavoz del partido, José Luis Martínez Almeida, afirmó ... este viernes que el PP no puede desentenderse y «no puede no asumir lo que es parte de su trayectoria».
Almeida, número tres de los populares y alcalde de Madrid, reconoció que son «preocupantes las noticias» sobre esa trama amparada desde el Ministerio del Interior durante el Gobierno de Mariano Rajoy para hacerse con las pruebas que pudiera tener Bárcenas sobre la financiación irregular del PP. Pero reclamó que se respete la investigación que desarrollan los juzgados de instrucción cinco y seis de la Audiencia Nacional y que «salga lo que tenga que salir».
El PP, aseguró en una entrevista en esRadio, no va a escurrir el bulto y «siempre va a dar la cara» con los asuntos que afecten a su pasado. La vertiente judicial, subrayó Almeida, es lo importante, y no la comisión de investigación en el Congreso que impulsan PSOE y Unidas Podemos porque a esos dos partidos no les importa la 'operación Kitchen. Solo buscan, añadió, erosionar a Casado y deslegitimar al principal partido de la oposición. La comisión, denunció, es «una maniobra política» para convertir la investigación parlamentaria en un «circo romano, en el que los populares serían «los cristianos».
Las palabras de Almeida suponen un cambio en la respuesta de la dirección del PP. Casado señaló el pasado martes que los actuales dirigentes del partido no tienen nada que ver con esos hechos recogidos sendos autos judiciales y en varios documentos policiales. «Yo era diputado por Ávila y no tenía responsabilidades en el PP» cuando sucedieron los hechos (entre 2013 y 2014, aunque la Fiscalía amplía el calendario hasta 2016), comentó en un encuentro informativo organizado por el diario 'El Mundo'. Casado fue nombrado vicesecretario general de Comunicación por Rajoy en 2015.
Desde entonces, el líder de la oposición ha guardado silencio al igual que la mayor parte de los principales dirigentes del partido. Casado intervino este viernes en un acto en la localidad madrileña de Arroyomolinos y volvió a jactarse de la derrota parlamentaria del Gobierno en la convalidación del decreto ley sobre el uso de los ahorros de los ayuntamientos, pero nada dijo de la trama Kitchen.
Solo dirigentes próximos a Rajoy y que formaron parte de su Gobierno rompieron una lanza por él. Ana Pastor, ex ministra de Sanidad y Fomento y estrecha amiga del ahora registrador de la propiedad, sostuvo que es una persona «honorable» y «uno de los mejores gobernantes de este país». También el exministro de Hacienda Cristóbal Montoro puso en duda que haya sido «un acierto desmarcarse tanto» del expresidente del Gobierno como lo ha hecho Casado. «Hay que tener prudencia», apostilló.
Pastor, la única 'marianista' en primera línea política, lamentó que socialistas y morados hayan fundamentado la creación de la comisión de investigación en un escrito de la Fiscalía, sin que haya nadie imputado por el juez. «Cuando haya imputados –apuntó– habrá algo que decir», pero hasta entonces no hay sustento jurídico para las acusaciones.
Pero hay imputados. El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón decidió en enero pasado investigar a Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad, por el espionaje ilegal al extesorero del PP. La Fiscalía, además, pidió esta semana por el mismo motivo la imputación del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y de la extitular de Defensa y exsecretaria general del PP, Dolores de Cospedal.
Si Casado calla, Rajoy también elude hacer comentarios. «Yo ya no soy un personaje público», declaró este jueves a el diario 'El País' y se negó a contestar preguntas sobre la trama policial.
Desde el entorno del expresidente y amparados en el anonimato, se asegura que no estaba al tanto de las actividades promovidas desde el Ministerio del Interior contra el extesorero del PP, y que si hubo espionaje o seguimientos a la familia de Bárcenas fue por cuenta y riesgo del exnúmero dos del departamento, Francisco Martínez, con la colaboración del excomisario José Villarejo.
En ese círculo más cercano a Rajoy, pero también dirigentes territoriales del PP, muestran su malestar por el distanciamiento de Casado. Aunque otras fuentes del partido sostienen que es la mejor forma de soltar amarras con el pasado.
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