Ábalos pide aplazar su declaración voluntaria tras las últimas acusaciones de Aldama

La petición de posponer el interrogatorio se produce solo horas después de que Víctor de Aldama haya presentado un alegato con nuevas acusaciones contra el exdirigente socialista, entre ellas haber amañado 128 contratos públicos valorados en 54 millones de euros o haber pactado la entrega de un piso de 1,9 millones de euros como «garantía» del cobro de futuras mordidas.

El letrado Aníbal Álvarez asegura en un escrito, al que ha tenido acceso este periódico, que le resulta a «todas luces imposible» el «estudio y preparación» del interrogatorio de su defendido para el jueves de la semana próxima. El abogado de Ábalos, que alega que tanto la «extensión de la causa» como los problemas informáticos para acceder a toda la documentación le impiden prepararse la defensa en condiciones, pide «otro señalamiento» para poder facilitar que el exministro «conteste a todas las preguntas que se formulen» con «todas las garantías para el ejercicio de su defensa».

La petición de aplazamiento de la comparecencia voluntaria de Ábalos, que se personó en la causa el pasado 12 de noviembre, se produce después de que el miércoles De Aldama presentara un escrito de 37 páginas con anexos para tratar de incriminar a Ábalos en el cobro de comisiones por la adjudicación de obra pública en una decena de autovías repartidas por toda España. Unos contratos valorados en 54 millones de euros que habría gestionado el Ministerio de Transportes a través de la Dirección General de Carreteras en el periodo 2018-2021, coincidiendo con la etapa en Fomento del ahora diputado del Grupo Mixto.

Además de la citación de Ábalos en calidad de investigado -según la exposición razonada remitida por el juez de la Audiencia Nacional tuvo un «papel principal» en la presunta trama según los indicios recabados hasta la fecha-, el juez instructor del ‘caso Koldo’ en el Supremo, Leopoldo Puente, resolvió el pasado lunes en un auto llamar también a declarar el día 16 de diciembre como imputado a Víctor de Aldama y, un día después, en la misma condición y acompañado de abogado, a Koldo García, asesor de Ábalos en Transportes. Es decir, ambas citaciones son posteriores al interrogatorio del exministro, con todo lo que ello conlleva para cualquier estrategia de defensa.

Solo 48 horas después de este auto del juez del Supremo, la defensa de Aldama presentó su primer escrito documental con las presuntas pruebas de sus graves incriminaciones que hizo en su declaración voluntaria ante el juez de la Audiencia Nacional el pasado 21 de noviembre. Una confesión pactada con el fiscal anticorrupción Luis Pastor, que le valió su excarcelación en el marco de otra causa abierta en otro juzgado del mismo tribunal: un presunto fraude de IVA de 182 millones de euros en un asunto de compra/venta de hidrocarburos.

Aldama, que aseguró en la Audiencia Nacional que Ábalos habría recibido 650.000 euros en comisiones, también incluyó en sus documentos de esta semana a Víctor Ábalos, hijo primogénito del entonces secretario de Organización del PSOE. Según estos apuntes, éste habría mediado con el propio De Aldama para el uso por parte del exministro del lujoso piso del Paseo de la Castellana.

La declaración voluntaria de Ábalos en el Supremo, se produzca cuando se produzca, en cualquier caso es arriesgada, según coinciden todas las fuentes consultadas. El exsecretario general del PSOE se presentará ante el instructor de la causa, Leopoldo Puente, sin conocer realmente el alcance de las pruebas que tiene en su poder De Aldama y que el abogado del empresario, José Antonio Choclán, está 'administrando' con cautela y en pequeñas dosis.

De hecho, este miércoles la defensa del cerebro de la trama corrupta en el escrito en el que hizo nuevas imputaciones contra Ábalos y su hijo (además de contra el ministro Ángel Víctor Torres o la que fuera presidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera, entre otros) no aportó al alto tribunal pruebas de calado, más allá del contrato de alquiler con derecho a compra del piso de lujo de Castellana que, según De Aldama, entregó como «garantía» de futuras mordidas al entonces titular de Fomento.