Los viejos rockeros vuelven al Congreso

También se ha visto a Rodolfo Martín Villa, exministro de Franco y para quien Unidos Podemos solicitó, sin éxito, que no se le homenajeara como al resto de sus compañeros del 77.

Entre las curiosidades ha estado ver a González sentado en el espacio de Ciudadanos, que no en el del PSOE, junto a Herrero de Miñón y Soledad Becerril. Guerra, por contra, ha sido aplaudido por la bancada socialista al ocupar el escaño de su última legislatura.

Pablo Iglesias y González se han sentado a escasos metros. Eso sí, ni se han mirado. Ni siquiera al pasar el uno junto al otro al finalizar la sesión. Y es que lo del Tramabús, las puertas giratorias o la cal viva pesa, y mucho.

Pedro Sánchez también ha acudido al acto en calidad de jefe de la oposición, aunque no ha podido pisar el hemiciclo al no ser diputado, al igual que le ha ocurrido a José María Aznar. Sánchez será el jefe de la oposición, pero se le ha visto más solo que la una.

La nota de protesta ha corrido a cargo del PDeCAT, cuyos diputados han mostrado al inicio de la sesión y ante Felipe VI unas laminas con urnas para reivindicar su derecho a la autodeterminación.

Por contra, Unidos Podemos se ha mostrado hoy especialmente adormilado. Tanto que hasta Iglesias, igual de suave que en las últimas jornadas, se ha puesto en pie ante el Rey, aunque no ha aplaudido. Y eso que el líder de Podemos calentó el ambiente horas antes del acto al afirmar que España no es sólo Monarquía ni Estado español, un frase con la que quiso reivindicar la plurinacionalidad del Estado.

Al follón también han contribuido en algunos momentos los diputados actuales. Lo han hecho al grito de viva el Rey, viva la democracia y viva España. Hasta un ole no identificado se ha podido escuchar.