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Melchor Sáiz-Pardo
Martes, 4 de abril 2017, 14:34
La Comisaría General de Policía Judicial certificó el pasado julio que las grabaciones de las conversaciones mantenidas entre el exministro Jorge Fernández y el exdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso fueron realizadas por verdaderos profesionales y desde dentro. Así consta en ... los informes remitidos por el Ministerio del Interior a la comisión de investigación del Congreso sobre el uso partidista de la Policía, a los que ha tenido acceso este periódico, que avalarían la tesis de que las grabaciones de las reuniones que tuvieron lugar el 2 y 16 de octubre de 2014 y en las que Fernández y De Alfonso conspiraban contra rivales políticos fueron obra de altos responsables policiales.
Los informes policiales son cautos porque al no disponer del soporte o grabación original ni de la grabación íntegra no podemos, a priori, manifestarnos sobre si la misma ha podido ser manipulada o no. No obstante, los especialistas zanjan que en principio y en cuanto a los fragmentos examinados no parece haber indicios en ese sentido.
La trampa además fue tendida desde dentro del ministerio. Se descarta una eventual grabación desde el exterior del inmueble con dispositivos adecuados para la captación del sonido, tanto por la escasa fiabilidad de los aparato existentes en el mercado como por los medios de seguridad pasiva instalados en las dependencias inspeccionadas, señala otro de los informes.
No fue además una cosa improvisada, sino preparada a conciencia y con medios. Debido a la calidad acústica se trataría de un aparato de cierta sofisticación técnica, lo que a priori descartaría la utilización como grabadora de un teléfono móvil o elemento similar como mp3 o mp4, apuntan los documentos entregados al Congreso, que además subrayan que el rango de frecuencia de la grabación no corresponde al de un móvil.
La grabación apunta la Policía- habría sido ajena a los dos interlocutores. El mecanismo de grabación señalan los escritos- debía estar instalado bien en un elemento fijo del lugar donde se produjo el encuentro o bien en un elemento móvil que pudiera haber sido introducido en dichas dependencias en los momentos previos a la entrada del titular del departamento. Y en un lugar más o menos equidistante a la posición ocupada durante la reunión por los principales interlocutores.
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