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Mateo Balín
Miércoles, 15 de marzo 2017, 11:21
Una peregrina de nacionalidad alemana y otra de origen chino fueron agredidas en la misma zona del Camino de Santiago donde desapareció Denise Pikka Thiem, el 5 de abril de 2015 en Castrillo de los Polvazares (León). La inspectora jefe de la Policía Nacional de ... Astorga que dirigió la investigación del asesinato de la ciudadana estadounidense ha confirmado estos dos episodios previos al crimen. Una circunstancia que no pasó desapercibida para la posterior detención del acusado Miguel Ángel Muñoz en Grandas de Salime (Asturias), en septiembre de 2015.
En la segunda jornada del juicio, la inspectora ha explicado que aunque las pistas que se siguieron fueron muchas, en todos los puertos y aeropuertos de España, en los albergues del Camino de Santiago e incluso fuera del país, el acusado se convirtió desde el principio en el sospecho por su perfil y por el hecho de las agresiones previas a las dos peregrinas, en septiembre y noviembre de 2014.
Al respecto, ha confirmado que las señales orientativas del Camino en la zona fueron manipuladas para redirigir a los peregrinos hacía la vivienda de Miguel Ángel, y después de presentadas estas denuncias fueron colocadas en el lugar original. También le señaló como sospechoso en un primer momento, según ha explicado agente, la declaración de varias personas que aseguraron que habían visto al acusado hostigar a varias peregrinas.
«Muy nervioso»
Ha explicado, además, que las peregrinas que presentaron denuncias no pudieron identificar a su agresor porque este actuó encapuchado, aunque su altura y complexión coincidía con la de Muñoz Blas. Según la jefa de la investigación, la policía llegó a interrogar al acusado por la agresión a la ciudadana alemana -comparecerá en el juicio como testigo- pero éste dijo que no había visto nada aunque se mostró "muy nervioso". Las gafas de la peregrina alemana aparecieron precisamente en la zona, según la testigo.
La inspectora jefe ha declarado que en el primer registro de la vivienda del acusado tras irse a Asturias se encontró dentro de un sobre en un pequeño zulo 38.000 euros en efectivo, aunque quedó en libertad porque no se encontraron pruebas que le incriminaran. En su declaración no ha dudado de la culpabilidad del acusado, y ha asegurado que "hubiera sido imposible encontrar" el cuerpo de la peregrina sin las indicaciones que él mismo dio tras su detención en Grandas de Salime (Asturias).
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