El PSOE riojano asiste como un espectador (por ahora) pasivo al nuevo frente abierto alrededor de su dirección nacional. Alineados en su inmensa mayoría con las tesis de Pedro Sánchez, puesto que era tanto como trasladar la misma corriente de simpatía que reservan a su ... lugarteniente y jefe regional, César Luena, los socialistas de La Rioja parecen dominados ahora por un flamante espíritu contemplativo: prefieren observar cómo evolucionan las distintas fuerzas en liza antes de decantarse entre papá o mamá. Optan en consecuencia por aguardar a que Sánchez materialice (o no) sus ambiciones de batallar por su perdido puesto de secretario general, de modo que si no llegaran a cristalizar tales intenciones no tuvieran que cambiar de caballo en mitad del río. Como nos decían nuestros padres antes de ir a la mili: «Hijo mío, tú no te signifiques».

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Entre esas dos aguas nada el PSOE de La Rioja. ¿Traición a Sánchez? ¿Desafección al líder en quien tenían puestas todas sus complacencias Luena y los suyos, entre quienes desataban un indisimulado entusiasmo? ¿Frialdad sobrevenida hacia ese mismo jefe que había situado al mando de Ferraz al todopoderoso patrón de Martínez Zaporta? Las fuentes consultadas por Diario LA RIOJA lo desmienten. «No se puede hablar de traición», advierten, en relación a las informaciones aparecidas según cuyas tesis Luena se distanciaba de Sánchez y de hecho ni siquiera acudió ayer al encuentro organizado por los pretorianos del depuesto secretario general. Así que ahora toca alejamiento táctico: sólo cuando Sánchez formalice su intención de disputar al enemigo invisible (llamado Susana Díaz) la secretaría general se conocerá si La Rioja se mantiene fiel a esa corriente. Porque también pudiera suceder que Sánchez, en su ruta por España observando cuánta agua hay en esa piscina donde tenía tantas ganas de zambullirse, acabe finalmente por renunciar a su anhelo.

De modo que si Sánchez diera marcha atrás... Si cediera su sitio a un aspirante que garantizase un pulso menos abrupto con quienes postulan a Díaz como la gran esperanza del socialismo español... Si surgiera un dirigente capaz de sumar más apoyos internos (¿Patxi López, por ejemplo?)... Sonaría entonces la hora para el PSOE riojano de tomar partido. Ahora mismo sólo tiene claro algo, que no es poca cosa: que tomaría partido por cualquiera... siempre que no fuera Díaz. Esa es la idea nuclear. Entre papá o mamá, los socialistas de La Rioja se decantarían por papá «sea quien sea ese papá». «A mamá no se le quiere mucho por aquí», ironiza uno de estos dirigentes consultados.

A esa imaginaria mamá, en efecto, sólo le profesa devoción expresa el senador Francisco Martínez Aldama, a quien acompaña por esa senda el alcalde de Murillo, José Ángel Lacalzada, y tal vez los titulares de algún otro ayuntamiento. Que de momento no se destapan. También ellos prefieren esperar novedades del frente del combate. Cuando se haga recuento de bajas y se calibre el estado de las tropas, se verá en el PSOE riojano si Luena arrastra otra vez a todo el partido hacia un nuevo liderazgo, si los partidarios de Susana Díaz son de verdad tan minoritarios o si se cumple, por el contrario, el pronóstico que ayer lanzaba un dirigente: que habrá quien niegue al tal Pedro (Sánchez).

Continuará.

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