Cinco menores detenidos por torturar animales y difundirlo por redes sociales

Las detenciones se producen después de una denuncia de un particular en la que manifestaba la sustracción en una finca particular de cinco cabras y el cual había sido alertado por sus vecinos de que había un vídeo de maltrato animal circulando por Whatsapp donde algunas de sus cabras podían ser el objeto de dicha grabación.

Tras la visualización de varios de los vídeos que circulaban por la plataforma de mensajería, los policías observaron como varios jóvenes se introducían en varias fincas, con animales en la localidad de Molina para torturarlos y maltratarlos, siendo en ocasiones las cabras y cerdos mutilados hasta la muerte y en otras ocasiones dejarlos agonizando.

En los vídeos se puede observar como una vez dentro de las granjas particulares se repartían las tareas, grabando uno de ellos, mientras los otros agredían a los animales que allí se hallaban.

Este grupo de jóvenes planificaba sus acciones a través de un grupo de WhatsApp que habían creado para tramar todo esta acción crimina. Para su próximo proyecto, previsto para la noche de Halloween, querían ocultar sus rostros a través de unas máscaras tipo 'Scream' y dar una paliza a una persona elegida al azar. El operativo ha culminado con la detención de los cinco jóvenes y la identificación de dos menores inimputables.

La investigación sigue abierta a la espera de practicar nuevas detenciones. A todos ellos se les imputa varios delitos de maltrato animal, robo con fuerza y daños. El operativo ha sido llevado a cabo por agentes de la Comisaría de Policía Nacional de Molina de Segura de la Jefatura Superior de Policía de la Región de Murcia.

Grabaron la tortura a una cabra

Son tres minutos y medio de vídeo. Es el tiempo que duró la tortura de varios menores a una cabra y que acabó cuando la lanzaron al río en la pedanía molinense de Torrealta. El documento audiovisual, grabado por uno de los participantes en el salvaje maltrato al animal, estremece por la crueldad con la que se emplearon los jóvenes.

Comienza con uno de ellos golpeándole repetidas veces con un palo en la cabeza en una zona arbolada. Acto seguido, la levanta y la lleva a la calzada en medio del resto del grupo que la reciben con una lluvia de patadas. La cabra intenta huir, pero la alcanzan. Pasa un coche, y la esconden para que no la vean. Siguen. Le pisan el cuello, la patean, la levantan, la tiran contra el suelo, la apalean y finalmente, la tiran al río. La secuencia es dramática y sucede entre vítores, risas y palabras de animo para acabar con el animal.

«¿Qué se siente al matar a una cabra?», le pregunta el menor que graba.

«Fenomenal», responde el que la ha lanzado al río.