Nuria Vega
Martes, 27 de septiembre 2016, 12:47
La presión sobre Rita Barberá ha culminado con su renuncia a ejercer como portavoz temporal del Grupo Mixto en el Senado. La exalcaldesa de Valencia rehúsa cobrar la asignación asociada al ejercicio de este cometido y tampoco ingresará, por decisión propia, los más de 2. ... 000 euros que le correspondían en el reparto de la subvención que recibe la nueva agrupación a la que pertenece.
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Desde hoy, día en el que Barberá estrena su escaño en el Mixto tras abandonar el PP, la senadora cobrará alrededor de 5.332 euros, una cantidad ligeramente superior a la que recibía como integrante del Grupo Popular y que se debe, según fuentes parlamentarias, a las funciones que sus compañeros le han encargado como viceportavoz de la Comisión de Incompatibilidades. Según explican algunos miembros de la agrupación, y en aplicación del reglamento, todos los senadores deben estar adscritos a una comisión y, en este caso, eso implica 697 euros más que se suman al sueldo base de 2.813 y a los 1.822 que recibe como parlamentaria de una circunscripción distinta a la de Madrid.
El senador de Compromís, Carles Mulet, entiende que Barberá ha simplificado el debate al renunciar ella misma a uno de los aspectos que más controversia generaban, la portavocía rotatoria del Grupo Mixto. La discusión, aun así, se ha prolongado durante más dos horas, aunque no en presencia de la exalcaldesa, que se ha trasladado a su despacho.
Ella había solicitado ejercer de portavoz en la Comisión Constitucional o en la de Economía, lo que conllevaba un suplemento de 1.000 euros. Finalmente, la decisión de asignarle un papel similar al de vocal en la de Incompatibilidades ha contado, según Mulet, con el respaldo de Compromís, Convergència y Coalición Canaria, el voto en contra de Foro Asturias y algunos integrantes de Ciudadanos, y la abstención del resto.
Demudada
Fuentes asistentes al encuentro coinciden en su impresión de haberse encontrado esta mañana con una Barberá algo demacrada y ausente. A su llegada a la Cámara alta, rodeada de cámaras, no querido pronunciarse. "Les ruego, por favor, por sus propios medios, que me dejen pasar, no quiero ningún problema", ha pedido en un tono inusualmente débil y con un rictus serio en el rostro.
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Desde la cuatro de la tarde, la exalcaldesa ocupa su nuevo escaño, como miembro del Grupo Mixto y exdirigente del PP, relegada a la última fila del hemiciclo.
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