Rajoy: «Seguiré intentándolo con el PSOE porque tiene la llave»

Los números no cuadran y no llegan a la mayoría absoluta, pero el presidente del Gobierno en funciones no tiene la sensación de no haber cumplido con su cometido, como le reprocha la segunda fuerza política del país. El acuerdo con Ciudadanos y el pacto con Coalición Canaria sitúa a Rajoy en los 170 diputados, 33 escaños más que los que componen el Grupo Parlamentario Popular. Hemos cumplido, pues, con nuestra responsabilidad, con lo que se nos había encomendado, y de otros a mí sólo me queda esperar que lo hagan, ha sostenido.

Pero hoy por hoy, Pedro Sánchez ha puesto encima de la mesa de Rajoy su rechazo sin matices a su reelección. Una posición tan conocida de antemano que al líder del PSOE el encuentro de esta mañana le ha resultado prescindible. El diálogo por España nunca es prescindible -ha afeado el candidato del PP- y en una situación como esta con más razón.

Descartado por imposible el acuerdo con Convergencia y dada la complejidad de un acercamiento al PNV, el PP confía en exclusiva en que los socialistas viren el rumbo y faciliten con su abstención un ejecutivo de los populares. Rajoy entiende que hay razones para defender que el consenso sería posible en unos cuantos temas fundamentales, pese a que no se ha planteado ninguna oferta formal. Pero, además, el candidato del PP cree que hay un motivo por el que desatascar el bloqueo. Le he dicho que con ir otra vez a unas elecciones generales, corremos el serio riesgo de que con razón empiecen a tomarnos a broma aquí, nuestros compatriotas, y fuera, todo el mundo, ha advertido tras recordar que no pide un respaldo activo.

El interlocutor, Sánchez

La discrepancia de algunos barones socialistas con la postura férrea de la dirección del partido, no llevará a Rajoy a establecer contactos con dirigentes del PSOE distintos al secretario general. No tiene ningún sentido que yo ande por ahí malmetiendo, hablaré con el señor Sánchez porque es el que han elegido los militantes del PSOE, y si alguna vez deja de serlo, hablaré con el que me toca si entonces estoy yo por aquí, ha sentenciado.

Es más, el presidente ha empleado un tono conscientemente conciliador y ha explicado que no quiere censurar nada a su adversario. Aún así, ha vuelto a agitar el fantasma de la inestabilidad económica para subrayar la urgencia de formar gobierno, uno de los ejes de su discurso de mañana en el Congreso. Estamos -argumenta- en una situación de anomalía y bloqueo que no conduce a nada más que a hacer daño y que empieza a minar nuestro crédito como país dentro y fuera de España; esta situación es inadmisible.