El pacto se olvida del AVE a La Rioja

El texto acoge una de las peticiones más repetidas de Ciudadanos: que sea una comisión técnica, libre de injerencias políticas, la que ratifique cuáles son las inversiones prioritarias en materia de grandes infraestructuras. Pero, en su segundo párrafo, el punto 21 menciona algunas que merecen desde ya prioridad por su «carácter estratégico nacional». Y La Rioja, aquí, no aparece por ninguna parte. Al contrario, se pide dedicar todos los esfuerzos a impulsar «decididamente» el corredor mediterráneo y el atlántico y se reclama «agilizar» los trabajos de ejecución del AVE a Galicia y de la variante de Pajares, que servirá para unir, por alta velocidad, Asturias con León y la meseta castellana.

Ni rastro de La Rioja, que vuelve a quedar relegada en el mapa de las infraestructuras ferroviarias.

El PP olvida así, en el transcurso de la negociación con Ciudadanos, su principal promesa electoral en la comunidad autónoma. El propio presidente del Gobierno en funciones -y candidato a la investidura-, Mariano Rajoy, en una de sus visitas electorales a Logroño, lo anunció enfáticamente: «Si al final nuestro partido merece la confianza de los electores -dijo-, la próxima será para La Rioja la legislatura de la alta velocidad».

En realidad, esa frase se había convertido en el hilo conductor de las dos últimas campañas electorales del PP. El cabeza de lista al Congreso, Emilio del Río, lo reiteraba en vísperas de las elecciones del 20-D: «El PP siempre ha defendido la llegada del AVE a La Rioja; éste es nuestro modelo y nos mantenemos ahí». Unas palabras que también suscribía el senador y presidente del partido en La Rioja, Pedro Sanz, que en mayo del 2015 incluso lanzaba un dardo a Ciudadanos por su falta de compromiso con el AVE y otras reivindicaciones históricas de la región: «La Rioja no debe renunciar a nada. Ni al AVE ni a la Universidad ni a la Escuela de Enfermería, como proponen otros que incluso abogan por eliminar municipios».

En este sentido, Ciudadanos al menos siempre se mostró reticente con el AVE. En una entrevista concedida a este periódico, Albert Rivera lo resumía en una frase: «Lo que hay que hacer es permitir que la gente pueda desplazarse y llegue a su destino en un tiempo correcto con un precio más barato que el AVE, que por cierto es carísimo». Sin embargo, según la letra del pacto, ni gallegos ni asturianos deben temer por la llegada de la alta velocidad a sus autonomías. Los riojanos, en cambio, tendrán que seguir yendo a Zaragoza si quieren ver de cerca uno de esos trenes supersónicos.