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Paula De las Heras
Miércoles, 18 de mayo 2016, 12:27
Susana Díaz se ha tomado muy en serio eso de dar una tregua a Pedro Sánchez de aquí a las elecciones generales del 26 de junio. Entre otras cosas, porque es consciente de que será muy difícil ponerse a reconstruir el PSOE el día después ... si los resultados resultan calamitosos. La presidenta de la Junta de Andalucía ha dejado hoy claro aún así qué es lo que debe hacer el hoy secretario general de los socialistas si pretende seguir en el cargo. "Lo primero hay que salir a ganar -ha advertido-. El día que el PSOE no salga a ganar no será ya el PSOE, será otra cosa".
La advertencia no es inocua. La dirección socialista da por imposible la victoria sobre el Partido Popular, que en las pasadas elecciones le superó en casi siete puntos de porcentaje de voto y obtuvo 33 escaños más (123 frente a 90). Creen que su margen se mueve en el entorno de más menos dos diputados y el hecho de que eso se haya hecho evidente limita en sí mismo, a juicio de no pocos socialistas, sus posibilidades de crecimiento.
La secretaria general de los socialistas ha argumentado, sin embargo, en un desayuno de Nueva Economía, que el PSOE siempre se ha caracterizado por su capacidad de atraer incluso a aquellos votantes que no son socialistas con proyectos mayoritarios, reformistas y progresistas, que tienen como eje la igualdad y la justicia social. Eso son uno de cada tres votantes; imagínese usted si hay espacio político para poder ganar las elecciones, ha dicho.
Ese análisis sobrevolará el PSOE el mismo día de las elecciones. Sánchez ya ha dejado claro que volverá a tender la mano a Ciudadanos y a Podemos para intentar formar Gobierno y que ni siquiera esperará a que Mariano Rajoy haga movimiento alguno para su investidura. Algunos en el principal partido de la oposición sostienen en privado, en cambio, que, en pro de la estabilidad, sería más conveniente dejar gobernar a los populares. En plena precampaña, Susana Díaz no ha querido ir tan lejos pero su respuesta ha sido elocuente: Yo lo que quiero es cuanto antes, después del 26 de junio, poder asistir a la investidura de nuestro compañero Pedro Sánchez porque haya ganado las elecciones.
Hasta en tres ocasiones ha supeditado la presidente andaluza la presidencia del Gobierno al triunfo electoral. Una de ellas, cuando ha dejado caer que, una vez pasados los comicios, volverá a abrirse la batalla sobre el liderazgo, postergada a regañadientes durante los últimos cuatro meses por la situación institucional. Hemos aplazado un debate orgánico porque no era bueno para España; hablar ahora del PSOE sería injusto y poco generoso para los ciudadanos, de lo que hay que hablar es de España, y, una vez que pasen esas elecciones (que insisto yo quiero estar en esa investidura de Pedro como presidente cuando gane) ha avisado- el PSOE tendrá su proceso de reflexión interna como hemos hecho en otras muchas ocasiones.
Entre los asistentes al acto, además de miembros de la ejecutiva federal como el secretario de Organización, César Luena y los portavoces en el Congreso y el Senado, Antonio Hernando y Óscar López, se encontraba también Eduardo Madina, a quien Díaz ha elogiado como una de las cabezas más brillantes del partido. La presencia del rival de Sánchez en el congreso extraordinario de 2014 ha sido llamativa porque no ha asistido a los dos últimos comités federales en los que se habló mucho de su posición en las listas.
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