Fernández Díaz culpa a Sánchez de «jugar con los intereses de España con fines partidistas»

También ha advertido de que "el coste" que podría acarrear para el país tener durante meses un gobierno en funciones e "inestable por naturaleza" al no poder conformar un ejecutivo estable, es "demasiado importante como para jugar" sobre lo que le conviene al líder socialista "y no a los españoles".

Para Fernández Díaz, "la unidad de España está en juego" y en este sentido ha recordado que PP, PSOE y Ciudadanos (C's) sostienen ese principio y que juntos sumarían 253 diputados en el Congreso para defender esa unidad en un gobierno de coalición. Las diferencias políticas y programáticas de esos tres partidos son para Fernández Díaz "letra pequeña" comparadas con la defensa de la unidad de España y por eso ha apelado al entendimiento entre los tres grupos aunque, se ha lamentado a continuación, "si no nos podemos sentar ni a dialogar, mucho menos a pactar".

También ha recordado que el recientemente excarcelado líder abertzale Arnaldo Otegi -cuyo nombre no ha mencionado en ninguna ocasión a lo largo de la entrevista- "ha dicho que espera que Euskadi abra un segundo frente para que, junto a Cataluña, debiliten" la unidad de España y, ha añadido con ironía, "mientras tanto nosotros seguimos aquí, discutiendo si son galgos o podencos".

Fernández Díaz también ha confesado que respeta al líder de C's, Albert Rivera, pero que le había "sorprendido y decepcionado profundamente" que firmara un pacto con el PSOE y que lo mantenga "cuando ha fracasado por dos veces" la investidura de Pedro Sánchez. En este sentido, ha afirmado que esa actitud "da derecho" a prever que si se repitieran las elecciones generales, PSOE y C's se presentarán en coalición porque "nadie podría pensar que lo hagan como competidores".

El ministro ha confesado que para él ha sido "una novedad política difícilmente explicable" ver que Rivera "se presente como un apéndice del PSOE" para apoyar la investidura de Pedro Sánchez y no la suya. Según Fernández Díaz, es "lógico" que fuera de España se vea "con mucha preocupación" la situación de "interinidad" política del país y que exista el deseo de que cuanto antes se conforme "un Gobierno sólido, fuerte y estable".