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Melchor Sáiz-Pardo
Miércoles, 2 de marzo 2016, 07:54
Iñaki Urdangarin hizo negocios privados en el palacio de Marivent, residencia de la Familia Real en Palma. El imputado ha admitido que fue en esta mansión a finales de verano de 2003 donde se reunió con el expresidente balear Jaume Matas y su entonces director ... de Deportes, Pepote Ballester, para cerrar el acuerdo para que Nóos Consultoría llevara la oficina del equipo ciclista Illes Balears y por el que Urdangarin se embolsó, sin concurso público, 300.000 euros. La coartada para aquel encuentro empresarial en Marivent fue un partido de pádel, según ha confesado el exduque.
A Ballester le pareció una buena idea la propuesta de abrir una oficina para promocionar al equipo, pero necesitaba la aprobación de Matas para este proyecto. Y fue en ese encuentro de Marivent donde Urdangarin supuestamente terminó por convencer al expresidente autonómico.
El imputado ha incurrido en varias contradicciones con respecto a su declaración ante el juez José Castro en febrero de 2013. En su táctica de desvincularse de todo lo referido a las cuentas, ha negado incluso saber el importe que llegó a entregarle el Gobierno balear para la oficina de seguimiento.
Urdangarin está visiblemente tenso en este segundo día y ha tenido ya varios lapsus como llamar a Ballester señor Pepote o me había decido, en lugar de me había dicho.
Segundo día de declaración de Iñaki Urdangarin y misma táctica del frontón. El cuñado del Rey ha vuelto a las evasivas y a culpar a otros de las supuestas irregularidades, en este caso sobre la puesta en marcha de una oficina para el equipo ciclista Illes Balears-Banesto, por el que Nóos se llevó 300.000 euros.
"¿Pagaba realmente las nóminas, señor Urdangarin?"
"¿Pagaba realmente las nóminas, señor Urdangarin?". "¿Dio de alta en Aizoon a empleados que no trabajaban?". "¿Ennegrecía el dinero de las nóminas?". El fiscal Pedro Horrach se ha irritado visiblemente esta tarde ante las explicaciones poco creíbles del exduque sobre la contratación de trabajadores supuestamente ficticios a fin de engrosar la nómina de la sociedad fantasma que comparte con la infanta Cristina.
Una y otra vez, Iñaki Urdangarin ha sido un frontón. Ha sostenido que, excepto los empleados del hogar, todos los trabajadores contratados en Aizoon realmente realizaban funciones. Incluidos sus sobrinos, quienes "me eran útiles para búsqueda de información para mis asesorías".
El interrogatorio sobre los empleados han sido especialmente tenso, ante la avalancha de documentos (especialmente mails) que demostrarían los amaños del duque y sus asesores para hinchar de manera ficticia la plantilla de esta sociedad a fin de cubrir que el exduque la estaba usando para facturar el dinero de sus asesorías a través del Impuesto de Sociedades y no a través del IRPF.
Su único 'mea culpa', los empleados domésticos de Aizoon
Ha sido durante dos días su único mea culpa. Lo hizo el pasado viernes y lo ha repetido hoy. Urdangarin solo reconoce posibles irregularidades fiscales por haber endosado a Aizoon, la sociedad que comparte con la infanta, a trabajadores de su servicio doméstico que nada tenían que ver con esa empresa, dedicada en teoría a la asesoría y al tema inmobiliario.
"Entiendo que hay cosas que no he estado bien asesorado o no se han hecho correctamente". "He consignado un dinero y ahí está", disponible para pagar una multa, ha apuntado el imputado, que ha recordado que en 2009 ya regularizó ante Hacienda una situación similar.
"Hacía lo que mis asesores me estaban recomendando. Si ésto la Agencia Tributaria encuentra que no está bien hecho, estoy dispuesto a reparar esas posibles cosas", ha insistido antes de volver a admitir que "hay empleados que no están bien asignados (contratados en Aizoon)".
"¿Está usted reconociendo su defraudación?", le ha preguntado la abogada del Estado Dolores Ripoll. El imputado, no obstante, no ha respondido.
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