Mariano Rajoy, al inicio del Comité Ejecutivo Nacional del PP.

Rajoy reclama serenidad al PP pese a los casos de corrupción

El presidente llama a los suyos a no actuar con histeria, pone en valor la actuación del partido, y evita, según los presentes, toda referencia a la detención de Alfonso Grau en Valencia

Nuria Vega

Lunes, 22 de febrero 2016, 13:31

Apenas dos horas antes de que arrancara el Comité Ejecutivo Nacional del PP, la Guardia Civil detenía esta mañana al exvicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, por un posible delito continuado de cohecho. A las puertas de la sede nacional, en la calle Génova, los dirigentes ... populares volvían la vista hacia la corrupción a la espera de la intervención de Mariano Rajoy. El mensaje del presidente no ha variado. Firmeza frente a los escándalos, "letales" para el partido, pero sin actuar con histeria.

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El líder de los populares ha querido transmitir hoy a los suyos serenidad. Así lo han entendido, al menos, algunos de los asistentes al encuentro. Mientras la corrupción sigue martilleando las estructuras del partido, el jefe del Ejecutivo llama a analizar caso por caso, a no condenar a nadie sin hechos consistentes que puedan ser indicativos de delito alguno, y ha censurado que los escándalos estén sirviendo de munición al adversario para deslegitimar al PP en este momento de formación del Gobierno.

Quienes han escuchado a Rajoy a puerta cerrada, recuerdan que en pocos días, y a causa de las detenciones en el marco de la operación Taula y la Púnica se han impuesto dos gestoras, en la ciudad de Valencia y en la Comunidad de Madrid, para administrar el partido.

El jefe del Ejecutivo no se ha referido, sin embargo, a la detención de Alfonso Grau, pese a haber sido la mano derecha de la aún senadora, Rita Barberá. Quien haya cometido un delito en el PP que lo detengan, que lo metan en la cárcel si lo tienen que meter y que la Justicia actúe, ha valorado la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, que ya pidió la semana pasada a Barberá renunciar a su aforamiento y, por lo tanto, abandonar su escaño en la cámara Alta.

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