La hermana del Rey tendrá que asistir al menos a doce sesiones del juicio

El tribunal, en su reunión preparatoria del pasado octubre, aceptó la petición de varias defensas de que, una vez terminados los interrogatorios de los acusados, éstos no tengan que estar presente en el resto del juicio que no acabará hasta el 30 de junio. La sala tuvo en cuenta la el factor de la insularidad y la dificultad para los desplazamientos para eximir a los imputados de estar en todo momento presentes.

Así pues, y si se mantiene el calendario, la infanta debería declarar en último lugar, ya que la sala mantiene el orden que fijó el fiscal en su escrito de acusación, en el que no figuraba la infanta. Todo ello implicaría que la voz de Cristina de Borbón no se oirá en la sala hasta el viernes 26 de febrero.

Luego, al final del juicio, en la última palabra podría volver a viajar a Palma para intervenir en la vista, aunque parece poco probable que quiera hacer uso de ese derecho.

La infanta, eso sí, durante los doce días de interrogatorios de imputados deberá someterse a la tremenda presión mediática (con más de 500 periodistas acreditados), como ya ocurrió el pasado 11 de enero, en la sesión de cuestiones previas, en la que la hija de don Juan Carlos aguantó sin pestañear los focos.