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Mateo Balín
Jueves, 21 de enero 2016, 11:38
Las defensas del juicio por el asesinato de Isabel Carrasco no se lo van a poner fácil al jurado popular. Al término de la declaración de la mujer de Pedro Mielgo, el policía jubilado que presenció el asesinato de la presidenta de la Diputación de ... León y la persiguió por la calle durante 15 minutos hasta su detención, ha pedido al tribunal que deduzca testimonio contra el testigo por no decir verdad en su declaración. Un postura a la que se ha opuesto el fiscal, quien ha recriminado a las defensas por su intención de enredar el caso.
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La petición de las defensas de las tres procesadas, Montserrat González, su hija Triana Martínez y la policía local Raquel Gago, va encaminada a abrir una causa separada al policía por mentir, según su versión, en su testimonio ante el jurado popular de esta mañana. El objetivo final, por lo tanto, sería anular su declaración en la vista oral. Algo que no es menor, ya que Mielgo es la persona que presenció el crimen y siguió a Montserrat hasta su arresto.
En un hipotético caso de que cuaje la intención de las defensas quedaría fuera del procedimiento la versión del policía sobre el asesinato. Sin embargo, la mujer de éste también presenció los hechos en la pasarela de León el 12 de mayo de 2014, día del crimen de Carrasco.
En su declaración, Pedro Mielgo ha contando con todo lujo de detalles el momento del tiroteo y la persecución de Montserrat. Ha asegurado que durante los 15 minutos de seguimiento a la asesina confesa "no la perdió de vista" y que fue él quien avisó a un vehículo policial que precipitó su detención. Esta versión también incluye el hecho del movimiento del bolso con el arma del crimen, que Montserrat entregó a Triana y ésta introdujo en el coche de Raquel antes del arresto de madre e hija. Es decir, esta secuencia no la vio el policía, para quien Montserrat siempre tuvo el bolso con el revólver.
Antes de concluir su declaración, las defensas pidieron que se escuchara en la sala un audio de una persona que supuestamente seguía a Montserrat y llamó a la Policía. Este interlocutor afirmó que "se le había despistado un 'momentico'", pero de forma sorprendente el policía jubilado no se ha reconocido en esa grabación. "No, yo no soy. No me reconozco", ha afirmado.
Las defensas buscan poner en duda el movimiento del bolso con el arma del crimen. El delito de falso testimonio (478 del Código Penal) está penado con seis meses a dos años de cárcel y multa. En caso de admitirse, se abriría una pieza separada que influiría en el cuestionario que se le entregue al jurado popular encargado del veredicto. La principal favorecido podría ser Triana, ya que nadie le puede desmentir que no recogiera el bolso de su madre del garaje donde lo arrojó. Ésta declaró que lo hizo pensando que el arma homicida era de su padre.
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