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Alvaro Frías
Lunes, 18 de enero 2016, 15:04
El exalcalde de Marbella Julián Muñoz ha declarado esta mañana por el pelotazo urbanístico que supuso la recalificación de la parcela donde tenía su casa en Marbella el actor escocés Sean Connery y que causó un supuesto perjuicio económico de 2,7 millones de euros ... al Consistorio marbellí. En el marco del conocido como caso Goldfinger, Muñoz ha explicado que firmaba convenios urbanísticos como un autómata, "hasta en el capó de los coches".
El exregidor ha indicado que era Jesús Gil quien mandaba en el Ayuntamiento de Marbella. Al respecto, ha asegurado que Gil le engañó y que por eso se encuentra actualmente en prisión. "Cómo voy a cuestionar algo que venía del señor Gil, supuestamente también avalado por unos técnicos. Yo no tenía ni idea y entonces menos del urbanismo de Marbella", ha añadido.
Asimismo, ha indicado que él no pensaba que hacía algo ilegal, aunque ha asumido su responsabilidad por haber firmado los convenios. Sin embargo, no ha reconocido el delito de fraude del que también se le acusa en esta causa, exponiendo que desconoce cómo se gestiona un convenio y asegurando que nunca se ha reunido con tasadores ni con promotores.
Por su parte, los exconcejales procesados en este caso han admitido, al igual que hicieron en la primera sesión, los hechos de los que le acusa la Fiscalía. Así lo ha precisado tras alcanzar un pacto, tal y como lo han explicado en la Sala, con el Ministerio Público. Entre ellos se encuentran, Tomás Reñones, Alberto García Muñoz, Rafael González Carrasco, María Luisa Alcalá y Francisco Javier Lendínez.
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