La fiscal acorrala a Flores por la venta de entradas en el Madrid Arena

La acusadora pública ha logrado acorralar a Flores con el número de entradas vendidas. Éste ha admitido que se imprimieron unas 17.5000 (sin sumar los pases VIP), pero aseguró que solo se vendieron 9.500, una cifra por debajo del aforo máximo acordado, que era de unas 10.000 personas la noche del evento, del 31 de octubre al 1 de noviembre de 2012. No obstante, la intencionalidad del acusado, según las preguntas de la fiscal, parece evidente: se distribuyeron un 70% más de las entradas previstas. Al final, entraron unas 23.000 personas, según concluyó la investigación.

Flores ha tratado de defenderse de esta línea acusatoria con dos argumentos: las únicas entradas válidas eran las que pasaron por los lectores ópticos, no las halladas en las urnas por la Policía, y el acceso de una multitud de personas al recinto cuando la fiesta ya había comenzado fue responsabilidad de la empresa Seguriber, contratada por la sociedad municipal que gestiona el recinto, Madridec.

"No soy especialista en la seguridad, sino en mi negocio: la hostelería y los espectáculos", ha comentado Flores a la representante del Ministerio Público. Anteriormente, el dueño de la empresa Diviertt afirmó que alquiló el Madrid Arena por unos 20.000 euros y que las entradas se vendieron por entre 22 y 40 euros. "Esta tragedia nunca tenía que haber pasado, pero todo estaba a priori normal", ha añadido.

Flores, además, quiso marcar una distinción entre la responsabilidad del Ayuntamiento y la suya con respecto al recinto. "Acuso a las personas del Ayuntamiento que en 2010 estaban allí haciendo las cosas mal y a mí me las estaban haciendo hacer", ha señalado, en referencia a la licencia del Madrid Arena, que no tenía y que Flores no lo sabía, por tratarse de un local público.