Rivera e Iglesias pasan del amiguismo al cuerpo a cuerpo en su segundo debate

La ausencia de Rajoy y Sánchez no sólo ha sido criticado por sus adversarios políticos, sino también por los más de 1.100 espectadores que hicieron cola durante horas para presenciar in situ el cara a cara. "Hay que preguntar a Sánchez por qué va a hacerle zumos a Bertín Osborne y no viene a la universidad pública", ha criticado uno de los estudiantes durante el turno de preguntas.

Sobre el debate, Rivera e Iglesias han mantenido un tono cordial, aunque más agresivo. Frases como "yo no te he interrumpido, Pablo" o "no te pongas nervioso, Albert" se han lanzado de un lado al otro. También ha habido reproches. Si Rivera ha tachado de populista a Iglesias el líder de Podemos ha acusado al de Ciudadanos de defender las recetas fracasadas del PP en matería económica.

En el tema de las reformas que necesita España es donde más han coincidido, e incluso se han emplazado a negociar tras el 20 de diciembre. Una nueva ley electoral, la defensa de la educación pública o la apuesta de las renovables son algunos de los puntos comunes entre ambas fuerzas políticas.

Tanto Rivera como Iglesias se comprometieron si son presidente a volver a la Carlos III a los 100 días de Gobierno. Los dos juntos en el centro del escenario han sido despedidos con un sonoro aplauso por un millar de universitarios agradecidos por haber acudido a explicarles sus propuestas.