Rajoy descarta bailar en precampaña y justifica sus intervenciones en plasma

Fueron "doce personas seleccionadas por una empresa de estudios sociológicos", que la cadena pública ha informado antes de la emisión que serán "seis mujeres y seis hombres, mayores de edad, elegidos atendiendo a distintas variables de edad, sexo, territorio y ocupación". Sus perfiles: un jubilado, un trabajador de una factoría de automóviles en Martorell, una empleada de gestoría que padece incapacidad laboral, un agricultor, una administrativa, una desempleada, un funcionario, un pequeño empresario, una estudiante universitaria, un ganadero, una ama de casa que es viudad y una educadora.

Las dos primeras preguntas de los ciudadanos, no podía ser de otra manera, tuvieron que ver con la corrupción. «Cuando se expulsa del partido a los que están implicados es que las cosas se han hecho bien. Creo que las cosas van a ir mejor en el futuro», aseguró.

El líder de la Ejecutivo aseguró que no teme «en absoluto» que durante la campaña electoral pueda conocerse algún dato que afecte a sus expectativas. «Salga lo que salga actuaré exactamente igual que hice hasta ahora. Los tribunales tomarán las decisiones que tengan que tomar y contarán con el apoyo del Gobierno», dijo. Rajoy ha repetido que cree que la corrupción ha hecho mas daño a su partido durante la legislatura que las duras medidas económicas que ha tenido que tomar para hacer frente a la situación que heredó.

La entrevista ha sido seguida en las redes sociales bajo el 'hashtag' #rajoyentve y también por la cuenta oficial del Partido Socialista (@PSOE ).

Además de las preguntas grabadas de los ciudadanos, el mandatario español contestó a cuestiones hechas por la periodista Ana Blanca.

Rajoy ha defendido en su intervención el bipartidismo de PP y PSOE que ha estado vigente más de 30 años porque «ha funcionado y puede seguir funcionando en el futuro». Sobre un pacto con Ciudadanos tras las generales, no ha querido entrar en posibles acuerdos de futuro pero ha recalcado que lo "más democrático, razonable y justo" es que gobierne el candidato más votado en las elecciones del 20 de diciembre.

Y a la pregunta de quién es su principal rival, si Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadano), o Pablo Iglesias (Podemos), Rajoy ha contestado: «yo mismo».

El paro y el futuro del mercado laboral ha sido uno de los temas centrales de la entrevista. «Desde que comenzamos la legislatura hay un millón más de personas afiliadas en la Seguridad Social. Hemos marcado un rumbo que está funcionando», destacó. El presidente ha repetido que su gran compromiso electoral será alcanzar la cifra de 20 millones de personas trabajando en 2019.

Los ciudadanos españoles le recriminaron a Rajoy que no diera la cara y que eligiera el 'plasma' en sus intervenciones, algo que el presidente achacó a que al inicio de la legislatura «la prioridad era evitar la quiebra. Puede ser que me distanciara de los españoles». No obstante, aunque ahora intente estar más cercano a la ciudadanía, el líder de los populares ha descartado que en esta campaña vaya a bailar tal y como lo hizo la vicepresidenta Sáenz de Santamaria hace unas semanas en el programa 'El Hormiguero'. «Nadie lo entendería», ha dicho.

Su mejor momento en la legislatura, asegura, fue cuando la prima de riesgo bajó a niveles aceptables y cuando en octubre de 2013 empezó a mejorar el empleo. Ha sido reticente cuando Ana Blanco le ha pedido que dijera cuál ha sido su peor momento. «¿Por qué hay que ser tan pesimista?», ha dicho en primer momento, aunque posteriormente ha admitido que la tragedia aérea de German Wings en Los Alpes «probablemente haya sido de lo peor» que ha vivido como presidente.

Sobre Cataluña también ha respondido varias cuestiones. El líder del PP ha abogado por "inteligencia, mano izquierda y habilidad" para evitar tener que plantearse una hipotética suspensión de la autonomía de Cataluña, en el caso de que la Generalitat decida seguir adelante con sus planes de independencia. Rajoy ha apostado por el diálogo político como principal vía para solucionar el problema catalán frente a la vía judicial, aunque al mismo tiempo ha insistido en que todo el mundo, también el presidente de la Generalitat, Artur Mas, debe cumplir la ley. Eso sí, ha puesto límites al diálogo: que la soberanía nacional corresponde al conjunto de los ciudadanos españoles y no sólo a una parte, y la unidad de España. Ha adelantado que no tendrá "inconveniente" en hablar con el próximo presidente de la Generalitat, porque "jamás" ha negado el diálogo, aunque manteniendo el límite del respeto a la Constitución, a las leyes y a la igualdad de todos los españoles.