Alfonso Basterra niega haber asesinado a su hija: «Por supuesto que no»

A continuación, sobre si hizo algo que favoreciese acabar con la vida de la niña, ha replicado con un "por dios, bajo ningún concepto" y ha negado tener algún interés por que esto ocurriese. "Por supuesto que no, ¿cómo iba a tener interés en matar a mi hija, si era lo que más quería en mi vida?", ha exclamado.

Alfonso Basterra, acusado de asesinar junto a su exmujer Rosario Porto a su hija Asunta, también ha negado tajantemente durante el juicio por el crimen que acabó con la vida de la niña en septiembre de 2013 haber suministrado Orfidal a la menor en los días previos a su muerte o en ocasiones anteriores.

"Por supuesto que no", ha respondido al fiscal, al mismo tiempo que ha asegurado desconocer si alguien más le dio este medicamento a la niña.

Basterra, que comparece con una chaqueta negra y actitud seria y tranquila, ha reconocido haber retirado "una caja de comprimidos de orfidal de esa farmacia, pero no recuerdo si eran 25, 50, 30 u 82". "Nunca le di nada que no se le pudiese dar", ha aseverado después.

A continuación, el periodista ha pedido al fiscal, hasta en dos ocasiones, que si puede "practicar un mínimo de empatía" entienda que cuando declaró que sí le había dado esos polvos, "no estaba en condiciones mínimas para hacer una declaración coherente" y ha admitido que "posiblemente" dijo eso, pero es que llevaba "días llorando sin parar" y había pasado dos noches en un calabozo en el que no vivirían "ni las ratas".

Ha subrayado que para él estar con su hija le daba "la vida" y ha remarcado que jamás le dio a la niña nada que "no le pudiese dar", también que a Asunta no le gustaban ni los médicos ni la medicina y que era una cría "muy puntillosa" además, con lo que sobre "cualquier cosa" había que darle la oportuna explicación.

La alergia de Asunta y las polémicas fotos

Preguntado por los incidentes de julio de 2013 en los que la niña se sintió mareada en un par de ocasiones en la escuela de estudios musicales y en una academia donde estudiaba, el periodista ha asegurado que se debieron a la alergia y a los antihistamínicos que tomaba para contrarrestarla. "Fue un año horrible de actividad, alergia, rinitis, como quiera llamarlo", ha señalado ante el fiscal, al que ha explicado que esta circunstancia "tiene picos de actividad" y que, si bien el año anterior había pasado "sin pena ni gloria", 2013 fue "duro".

Acerca de las fotos en las que Asunta aparece como rígida y tendida, preguntado por si las sacó él, Basterra lo ha puesto en duda porque su móvil era una carraca que no tomaba buenas imágenes, y sobre las páginas de contenido erótico que había en el móvil de Asunta, no se lo ha explicado pero ha precisado que su hija era "curiosa".

Del día en el que falleció la niña, ha destacado este periodista que él hizo recados, que cocinó, y que tras haber comido juntos, jugaron a las cartas, Rosario Porto -presente también en ese almuerzo-, Asunta y él, y que ganó las dos partidas la niña. "Asunta estaba bien, espabilada como usted y yo ahora", le ha dicho al fiscal. Ha explicado también que no salió de su casa en toda la tarde hasta que su exmujer le llamó. "Esa tarde hablo con Rosario y hablando me doy cuenta de que la niña tarda en venir y no es normal. Bajo a la calle a ver si la encuentro", ha señalado Basterra.

El periodista ha negado que fuera el día 17 a la finca donde Asunta fue supuestamente asesinada cuatro días después. El fiscal había insinuado el jueves que esa jornada se intentó ya matar a la niña o al menos se ensayó su muerte, pero tanto él como Porto niegan que bajaran a su residencia rural ese día: "Me acuerdo que fui a Montouto el viernes 13. Me acuerdo por las películas, pero yo no estuve en la finca el martes 17".

Un 'buen' padre

Su defensa le ha presentado ante el jurado como un buen padre de familia, el que se encargaba de las labores del hogar. La acusación que Rosario Porto lanzó este jueves sobre él ("Alfonso me pegó en alguna ocasión") no caerá en saco roto.

Se sabe que el periodista Alfonso Basterra dependía económicamente de Rosario Porto, que fue ella quien lo echó de casa en febrero de 2012 para iniciar una nueva relación con otro hombre (casado) que acabó de forma tormentosa, que él parecía dispuesto a hacer lo que hiciera falta para recomponer el núcleo familiar. También que el 21 de septiembre de 2013 cocinó albóndigas con salsa de champiñones, una de las comidas favoritas de Asunta, y que luego resultó ser la última. Y que aparte de carne, tomate, cebolla y champiñones, supuestamente, empleó como ingrediente una ración extra de Orfidal. Precisamente, la defensa de Basterra se ha fijado como meta convencer al jurado de que si el periodista hizo acopio de ansiolíticos las semanas e incluso los meses anteriores a la muerte de Asunta fue para entregárselos a Rosario, que, dados sus antecedentes clínicos, encontraba más dificultad para que se los recetaran.

Frío, serio, apático. Son algunos de los adjetivos que se han empleado para definir a Alfonso Basterra. Dicen de él que se desvivía por su hija, pero también que estaba absolutamente enamorado de su mujer. Pero quizás la declaración más sorprendente la pronunció el padre de Alfonso pocos días después de que el juez decretara prisión para los progenitores de Asunta: "Es un infeliz que siempre ha hecho lo que ella le ha pedido. No me extrañaría nada que ella matara a la niña y él la ayudara para protegerla".