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Mateo Balín
Jueves, 1 de octubre 2015, 11:27
27 de septiembre de 2013. El juez envía a prisión a Rosario Porto y a Alfonso Basterra. Sus declaraciones no convencieron a Vázquez Taín. Desde entonces, los padres de Asunta no se habían vuelto a ver, hasta este miércoles. Y hoy vuelven a escucharse, ... cada uno contará su relato. Su última conversación, en el calabozo de la Guardia Civil de La Coruña, es pública. Se grabó en su día, por orden judicial, se esperaba sacar de ahí alguna prueba inculpatoria. Nada de eso. La frialdad de él, la inestabilidad de ella, que pasa de la risa al llanto en cuestión de segundos, sólo hizo abrir más interrogantes de por qué. ¿Por qué murió Asunta? ¿Lo hicieron ellos?
Alfonso y Rosario durmieron dos días en el calabozo, en celdas separadas por un pasillo, frente a frente. 17 horas de conversación que comenzaron así. "¡Alfonso! ¿No me oyes?". "Ya te veo, tranquila, todo va a salir bien. Sé fuerte, somos inocentes, no hemos hecho nada, tranquila. ¿De acuerdo, de acuerdo, de acuerdo?", le dice él en su primer cara a cara tras ser detenidos. "De acuerdo", asiente ella. "Tranquila, todo va a salir bien y volveremos a casa", insiste él.
"¿Quién puede estar haciéndonos esto?", le pregunta Rosario. "No lo sé, nena, por eso mismo hay que tener mucha calma, estar tranquilos. Todo va a salir bien, ¿de acuerdo? Yo te quiero y tú me quieres", continúa Alfonso. "Eso es lo más importante, pero el problema es que tienen que tener no sé", sigue ella.
"Calma, calma", dice él. "Quiero irme a casa. ¿Sabes lo horrible que es esto? Quiero irme a casa", comenta ella. "Ya lo sé, tranquila. No pasa nada, iremos para casa", comenta Alfonso antes de que ella lance una pregunta clave en el caso: "¿No te dio tiempo a eso verdad? ¿No te dio tiempo?". Él responde: "No. Sé fuerte, estate tranquila que todo va salir bien, mantén la calma".
"Tarde o temprano caerá"
Más adelante, bien entrada la noche, ella pregunta "¿quién me puede querer hacer daño, Alfonso?". "Pues no lo sé mi vida, no sé quién nos puede hacer esta faena tan gorda, pero tarde o temprano caerá". "¿Qué?". "Tarde o temprano caerá", insiste Alfonso Basterra. "Claro que caerá pero, ¿por qué nos tienen aquí? Tienen que tener un montón de indicios, ¿sabes lo que te digo?", suelta la abogada. "Pues sí pero son medidas que tienen que adoptar, tiene que ser así, igual mañana salimos en libertad condicional o así", aventura el periodista. "Pero luego va a haber juicio", añade ella. Pues lo que tenga que haber pero si encuentran al culpable entonces no habrá juicio, habrá para él si lo hay. Lo encontrarán, calma, lo encontrarán. Irá a la cárcel toda su vida. Tú tranquila, no digas nada inconveniente porque nos graban, le advierte él. Ya, bueno, y ¿qué voy a decir inconveniente, Alfonso?. Pues nada mi vida, por supuesto que no, pero cualquier cosa que digamos o hagamos ya has visto, te lo tomas como... ¿eh?. Ya, pero tu imaginación calenturienta nos va a generar muchos problemas, muchos, le reprocha Rosario. Por eso, silencio, responde él. Y que si yo en casa mato un insecto con un cojín no quiere decir que vaya ahogando a la gente con cojines..., dice ella. Pues claro que no mi vida, claro que no.
¡Pero fíjate la que has montado!, insiste ella. Ya, pero como no tienen otras cosas dicen, sospechosos, los padres, contesta él. Ya, pero yo fui tan tonta que todas las cosas que tú me mandabas... Quería que entraras en razón, hacerte ver el daño que me hacías..., sigue diciendo Rosario. Ya, suelta él. Y te repito que yo maté arañas a 'cojinazos' y que unas risas con las que ahogaba... y no significa... Y lo que tú hicieras tampoco significa que vayamos..., vuelve a decir ella. Ya lo sé. Ahora tranquilicémonos y dejemos que actúen y trabajen, trata de tranquilizar el periodista a la abogada. Pero ¿me entiendes? Todas esas cosas pueden dar lugar a pensar sabe dios qué, afirma ella. Pero no hay nada, sentencia él. Siento haberte hecho tanto daño, comenta ella en otro momento de la grabación. No pasa nada, el pasado, pasado está. Nena olvídate de eso, se acabó y se acabó. Encontrarán al culpable y saldremos de aquí enseguida, ya verás.
La inestabilidad de ella queda patente cuando le dice bueno, yo no puedo vivir sin ella, me puse bien por ella, Alfonso. Ya lo sé, calma, calma, calma, dice Basterra. Pero Asunta no vuelve, Alfonso. ¿Cómo?. No vuelve. ¿Cómo?. ¡Que Asunta no vuelve Alfonso, no vuelve!. Ya lo sé mi vida, ya sé que no volverá nunca.
Al día siguiente de esta conversación el juez les envió a prisión. Hasta este miércoles no se volvieron a ver. Apenas se cruzaron las miradas.
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