Cataluña: «Étant donée la situation»...

El prudente introito sigue siendo de aplicación a día de hoy y es de aplicación a la posibilidad de que étant donné la situation, sea factible en el corto plazo una Cataluña independiente y, por cierto, amputada, porque Cataluña hay otra, francesa, que parece que no se mueve, el Rosellón o el Roselló) y debería ser eventualmente incorporada, con Perpignan, Prades, Céret y lo demás al nuevo Estado. Temo que en París expresarán algunas reservas

Este modesto marco del sur francés es el único en el que la eventual secesión de Cataluña podría encontrar algún apoyo genuino porque todavía quedan allí algunos colectivos muy catalanistas que, es de suponer, no habrán olvidado a su gran apóstol del catalanismo secesionista de los años treinta y cuarenta, don Alfons Miàs, hombre de Vichy que debió, a fin de cuentas, refugiarse en España y murió en Barcelona en completa oscuridad.

Conflictos europeos

En Europa ha habido recientes conflictos territoriales vinculados a la desaparición del bloque pro-soviético en el Este y la implosión de Yugoslavia y han sido resueltos de modo que, con la excepción de Kosovo, han desembocado en el reconocimiento internacional de los nuevos Estados, basados en las realidades estatales pre-soviéticas y se han incorporado sin problemas a la ONU.

Lo de Kosovo es más conocido y su concisión de baza estratégica y la fuerte presencia norteamericana en su aparente resolución explica el vigente statu-quo, malo sin remisión como prueba que el Estado solo ha sido reconocido por la mitad de los países del mundo. Hay pocas dudas de que solo la larga mano de la OTAN y, sobre todo, de Washington lo explica y la explicación tiene un nombre: Camp Bondsteel, la mayor base militar norteamericana en el extranjero

Kosovo se vincula a los Balcanes y su ardua reordenación general y reevaluación geoestratégica, pero ha habido dos graves conflictos específicos en Europa, el desafío de ETA, un desafío brillantemente ganado por los servicios de seguridad y la cohesión social anti-terrorista, y la crisis en el Ulster, derivada de la torpe partición de Irlanda en 1921 hoy encarrilada, se diría que con éxito, a través de medios políticos con una fórmula de cogobierno basada en resultados electorales.

Se puede suponer razonablemente que, tal vez con la excepción de una reformulación del Estado belga pactada por sus dos grandes comunidades, las fronteras estatales en Europa son no solo jurídicamente inatacables, sino racionalmente establecidas, como hijas de la historia y expresiones administrativas del viejo concepto de estado-nación. Es en este contexto en el que los secesionistas no tienen viento en las velas ni posibilidades de alterar la situación recurriendo como ha pasado en Kosovo a gruesas ganancias militares para un gran bloque en el escenario de confrontación, residual, pero vigente, entre Washington-la OTAN y Moscú.

La realidad catalana

Sin mencionar situaciones de desacomodo étnico o confesional con un Estado concreto en varias latitudes (los uigures del Turkestán chino, la minoría karen en Birmania, los musulmanes del Sur de Filipinas o de Tailandia, el Tibet chino) o problemas más curiosos estancados en una ausencia de violencia física o jurídica, como el status sin igual de Taiwan, un Estado reconocido solo por otros dieciséis, en su inmensa mayoría minúsculos e irrelevantes se puede decir que el planeta tiene la estabilidad estatal más visible y sólida desde el descubrimiento de América, la colonización, la descolonización y el invento de los Estados-nación.

La eventualidad de un Estado catalán propio en el esquema precedente es nula. Y no solo de pleno derecho, porque su identidad propia y sus atributos culturales propios y respetables están bien amparados y reconocidos por un democrático estatuto de autonomía pactado, de rango constitucional y aprobado por las partes y que puede ser renegociado, pero sobre el que la ONU o la UE nada pueden objetar porque cumple sus exigencias en materia de derechos de los pueblos.

Queda, en fin, responder a la pregunta que, alegremente circulan en livianos coloquios televisados y en las inefables "redes sociales". ¿Qué harán las potencias, la UE, el mundo real, las alianzas militares, la ONU, las multinacionales ante una eventual declaración unilateral de independencia de Catalunya? Está bien claro: nada Y a las razones aducidas se puede añadir una: España es una potencia media del todo integrada en la estructura universal del equilibrio de poderes del hemisferio norte, ofrece a la OTAN, por no hablar de los Estados Unidos, cuanto precisan para mantener el vigente equilibrio de poderes, basado en la legitimidad democrática y, para decirlo todo, la relación de fuerzas.

Pocos catalanes saben tal vez que la gran emisora de la CIA para la vieja Europa del Este (comunista) tenía sus grandes antenas en Palls (Girona). Se las dejó instalar el general Franco, que también firmó un convenio militar de cooperación con Washington que parió el oleducto Rota-Zaragoza, grandes bases áereas en Torrejón, Morón de la Frontera, aeronaval en Rota, centros de comunicaciones vitales.) A la democracia no se le ocurrió cerrarlas y con el PSOE entró el país, democratizado a fondo, en la OTAN ¿Qué socio de Madrid o de la UE desestabilizar a esta España con esta adorable Catalunya dentro?

Los secesionistas deben saber que étant donnée la situation caminan hacia un vacío político y diplomático en tanto su eventual independencia que no culmina un proceso de merecida descolonización como los países africanos en los sesenta o la tardía, pero justa de Timor, en 1999 sea avalada por la comunidad internacional. Y eso no ocurrirá