Tradicional posado de los candidatos en la jornada de reflexión.

El futuro de Cataluña depende de un puñado de escaños por Barcelona

La repetición de las elecciones se perfila como una salida si no hay mayoría absoluta y son imposibles los pactos transversales

Ramón Gorriarán

Sábado, 26 de septiembre 2015, 07:57

Todo se va a decidir en la adjudicación de los últimos escaños por Barcelona. El futuro político de Cataluña se va a jugar el domingo en pocos miles de votos. De ellos va a depender que la Generalitat sea gobernable o de que haya que ... ir a una repetición de las elecciones, un escenario que toma cuerpo a medida que se acerca el 27-S.

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Mientras los candidatos apuraban ayer las últimas horas de campaña con visitas a mercados, paseos, partidas de futbolín, besuqueo de niños y vecinos, y los obligados y cansinos mítines, las fuerzas políticas revisan los escenarios que se dibujarán tras el escrutinio. Tanto los del sí a la independencia como los del no comparten que si nadie logra reunir una mayoría absoluta la gobernabilidad será un infierno. Las posturas están tan polarizadas que los acuerdos transversales son imposibles.

La suerte se va a dirimir en Barcelona porque de los 135 diputados del Parlamento de Cataluña, 85 se eligen en la circunscripción de la capital y hay una docena sin padre ni madre. En las otras tres provincias todo parece decidido y no se prevé un baile. Los estudios de los partidos comparten que en esos tres territorios habrá una victoria concluyente de Junts pel Sí, con mayoría absoluta clara y en solitario en Girona y Lleida. Pero Barcelona, sobre todo la capital y su entorno metropolitano, es otro cantar. Ahí han concentrado sus esfuerzos con jornadas intensivas todos los candidatos y Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Pero nada está escrito a ras del cierre.

Foto fin de campaña

  • Los siete candidatos a la Generalitat han protagonizado la sesión fotográfica previa al 27-S en la noble escalinata de honor del Parlamento catalán, los 35 peldaños bajo la alfombra granate que les abrirán las puertas del hemiciclo tras las elecciones de mañana.

  • Antes del resultado electoral, la cámara catalana ha reunido por unos minutos a Raül Romeva (Junts pel Sí), Miquel Iceta (PSC), Xavier García Albiol (PP), Ramon Espadaler (UDC), Lluís Rabell (Sí que es Pot), Inés Arrimadas (Ciudadanos) y Antonio Baños (CUP).

  • Todos han lucido camisa blanca, menos Arrimadas, que ha optado por una chaqueta roja y Albiol, Iceta y Espadaler han optado por americanas más oscuras, mientras que Rabell y Baños han llevado sólo la camisa, arremangada. Romeva ha optado por una americana de color marrón claro.

  • En un clima cordial, los candidatos han expresado su intención de ir pronto a descansar. Baños ha aprovechado para comentarle a Iceta que habían aplaudido al líder del PSC en un mitin de la CUP. "Queremos una reconversión del PSC", ha deslizado, mientras Iceta comentaba divertido los múltiples autógrafos que estampó anoche en camisetas con la imagen de sus "bailoteos" de campaña, durante la fiesta de fin de campaña del PSC. También Albiol, Romeva y Arrimadas han departido amablemente.

Los separatistas de Junts pel Sí aspiran alcanzar la mayoría absoluta sin muletas, pero los sueños a veces se hacen realidad, y otras no. Esta vez los sondeos apuntan a que no, y están resignados a pactar con la CUP. Los unionistas ni eso. Su única baza es llegar a un acuerdo entre ellos, y eso es un oxímoron.

El acuerdo más probable, por tanto, es el de la lista de Artur Mas y Oriol Junqueras con la formación asamblearia. Esta alianza, dicen las encuestas, sumaría la mayoría absoluta, según unas, por los pelos; según otras, con comodidad. Pero en los últimos días la CUP se ha descolgado con reparos a apoyar la investidura de Mas para pasmo de los convergentes, que no ven creíble esa negativa.

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Exclusión de Mas

Un desacuerdo que, aunque poco factible, enviaría a Convergencia al rincón de los desengaños y abriría la puerta a un pacto de la izquierda con Esquerra, la CUP y Catalunya Sí que es Pot, la lista que impulsan Podemos e Iniciativa. Pablo Iglesias ya pidió desde Sant Cugat a los republicanos y a los asamblearios que consulten "con la almohada" esa entente. El secretario general del partido morado ahondó en la contradicción ideológica y preguntó a ambos si "van a seguir subordinados a Mas o van a ser progresistas". Pero tampoco en este caso está asegurado que esa fórmula alcance la mayoría absoluta.

El entendimiento, por otra parte, entre las fuerzas no separatistas está descartado porque están lejos de sumar los 68 diputados de la mayoría y por la imposibilidad de entenderse entre ellos. El PSC y Catalunya Sí que es Pot ya han dado un no rotundo.

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Oriol Bartomeus, profesor de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, apunta que si Junts pel Sí no logra por si sola la mayoría y la CUP no respalda la investidura de Mas "estamos abocados a nuevos comicios". Fuentes próximas al presidente catalán asumen que el primer escenario es posible, pero no el segundo porque los radicales "no van a hacer descarrilar el proceso". Se remiten a la permanente luz verde de la CUP a los pasos dados hasta ahora.

Además, arguyen estas fuentes, la actitud de los candidatos de la CUP en los debates de campaña, con una agresividad propia del 'osito de Mimosín' hacia Junts pel Sí, preludian el entendimiento. Desde la organización asamblearia, sin embargo, insisten en que no apoyarán la investidura de Mas porque es "pasado y corrupción, la herencia de Pujol".

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El director del Gabinete de Análisis Político y Social, Oriol Molas, comparte la hipótesis de la repetición de los comicios ante la ausencia de mayorías absolutas. La diferencia en votos entre 62 y 68 escaños es, según Molas, "una minucia" y ese estrecho margen puede cambiar todo el panorama. Incluso el líder del PSC, Miquel Iceta, se hizo eco de esta alternativa en Twiter y apuntó a "enero" como el momento más probable para las nuevas elecciones. En el entorno de Mas inquieta esta salida, pero también se asume que "será difícil cumplir la hoja de ruta" sin más del 50% de los votos, un listón complicado.

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